Luego de que el Partido Revolucionario Institucional sufriera su peor derrota en su historia en las pasadas elecciones del 1 de julio, sin duda el tricolor tendrá que llevar a cabo una transformación profunda o estará destinado a morir lentamente.
Es verdad que muchos priistas decidieron cambiar de rumbo por falta de oportunidades en el partido y fueron recibidos por Morena con los brazos abiertos, gran parte de ellos fueron parte fundamental para que Andrés Manuel López Obrador ganara las elecciones.
Sin embargo, muchos cuadros fuertes del PRI se mantienen en las filas del tricolor y son varias las voces que exigen medidas urgentes y severas para sacar a flote al partido.
Al dinosaurio no hay que darlo por muerto, cabe recordar que cuando el tricolor perdió la presidencia en el 2000, luego de que Francisco Labastida fuera derrotado por Vicente Fox, hubo muchas voces que vaticinaron la muerte del partido, pero eso no sucedió y 12 años después recuperaron la silla presidencial con el actual mandatario Enrique Peña Nieto.
Con una campaña anunciando un nuevo PRI y con los desaciertos cometidos por las administraciones panistas, el famoso dinosaurio recobró fuerzas que lo posicionaron como la mejor opción para el electorado.
Pero con ese nuevo PRI, sólo tuvo de transformación el nombre, ya que a la hora de gobernar las cosas no cambiaron; incluso, empeoraron y muchos de esos cuadros o gobernadores, se encuentran tras las rejas o con fuertes acusaciones de corrupción.
Sin duda, el PRI se olvidó de su mayor arma: sus bases. Lo cual lo llevó a tocar fondo de nuevo.
En esta nueva transformación que le urge al PRI, se menciona cambiar hasta de nombre y de colores, para alcanzar así una verdadera renovación del partido.
México ya tiene un nuevo PRI, bajo las siglas de Morena, Andrés Manuel y su partido tendrán todo el poder que algún día contó el tricolor, ya veremos si lo saben capitalizar o si se trata de pan con lo mismo.
Mientras tanto la operación cicatriz y la renovación de lo que un día fue el partido más poderoso de México, está por arrancar. Son muchas las propuestas y los que levantan la mano para enderezar el rumbo del partido; sin embargo, el mayor problema que enfrentarán será la de tener credibilidad y recuperar simpatizantes, tarea que no se ve muy sencilla en los tiempos actuales.
Al dinosaurio se le mueve todovía la colita y mientras tenga vida, todo se puede esperar de él.
Tiempo al tiempo.