Donald Trump, un personaje que representa en persona la frase: «nunca te rindas», metió reversa en su política de separar familias inmigrantes detenidas en la frontera de Estados Unidos es algo que no va mucho con el personaje que es.
Comencemos con la frase “Tolerancia Cero” que hasta hace apenas unos años parecía aplicar solo en conflictos policiales del “Pulp Fiction” del acontecer diario de la sociedad norteamericana.
Como todos sabemos en estos tiempos la Tolerancia fue adoptada por la política de tratar a los inmigrantes indocumentados como criminales, por lo que deben ser sujetos a un juicio, y que, automáticamente, pierden la custodia de sus hijos.
La decisión conlleva que los menores que llegan con sus padres sean considerados no acompañados y pasan a la custodia del Departamento de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos, y luego son enviados a la casa de un familiar, a hogares de acogida o a refugios.
Por la red, comenzaron a difundirse imágenes de un centro de detención de niños, que se encontraban enjaulados y con un número bordado en su ropa, lo que inmediatamente indignó al mundo y repudiaron el hecho.
¿El saldo? Cerca de 2 mil 300 menores de edad, separados de sus familias en apenas dos meses.
De todo el mundo le llovieron reclamos al Presidente Trump para que revirtiera esa absurda ley y al fin, firmó un decreto, una orden ejecutiva para detener la polémica medida ante la creciente presión nacional e internacional.
«No me gustaba la imagen de ver a familias siendo separadas”, dijo Trump.
Sin embargo, reiteró que seguirá manteniendo la «tolerancia cero» hacia quienes entren ilegalmente al país.
Más de 538 niños que habían sido separados de sus padres han vuelto con ellos, según los datos más frescos dados a conocer por el director de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, Kevin McAleenan, pero todavía unos mil 800 siguen sin ellos.
Todavía hay mucho por hacer, la situación y los tiempos que corren son críticos y ni estos niños, ni ningunos otros deben estar separados de sus familias. Los que somos padres, sabemos de lo que hablo.
Melania Trump fue a visitar esos albergues con la leyenda de “I don’t Care”, quizá era el asunto de haberla obligado a ir, una migrante a enfrentar hijos de migrantes, no creo que eso haya sido del agrado de la primera dama, de ahí, supongo, la protesta pública a través del idioma que Melania habla mejor, el de la ropa, el de la imagen.
Las redes sociales y los usuarios hicieron algo por cambiar lo que a ojos del mundo era una atrocidad.
Tolerancia cero a la separación de las familias.
Y sin embargo dice Donald que el muro se está construyendo ahora mismo…
Al tiempo.