- Con una fórmula tramposa los que no son iguales sino peores, realizan un fraude a la ley para sacar ventaja electoral.
La selección del candidato presidencial de Morena inicia con un fraude a la Ley, en una demostración de que no son iguales, como reza el mantra del macuspano, sino que con semejantes vicios y mayor descaro son los peores.
Si el Instituto Nacional Electoral sigue vivo deberá sancionar a quien sea electo por Morena y negarle que se inscriba como precandidato y, el Trife, deberá ratificar, porque se trata de actos anticipados de precampaña escondidos en un fraude a la ley.
Un fraude a la ley define como la realización de una cobertura o enmascaramiento de un acto, con el objetivo de evitar que la norma que se debe aplicar a ese caso no tenga un resultado concreto o específico.
Habrá muchos delitos, porque deberán demostrar la fuente de las cantidades de dinero y aportaciones en especie que reciban, y es claro que habrá mucho dinero sucio y claros llamados a ejercer el voto a favor de la candidata y los candidazos como presidenciables.
Así que la publicidad, gacetillas, mítines con sonido, sillas, banderas, y otras aportaciones a las fichas, serán actos proselitistas con la intención de obtener el voto y por ello actos anticipados de precampaña aunque ocurran antes del año electoral
Se podrán configurar gasto en imagen, delitos fiscales y peculados, porque mañosos, alcaldes, legisladores, gobernadores, querrán quedar bien con la consentida y los malqueridos, y echarán “una manita” con gente, medios pagados, espectaculares, etcétera.
Si usted piensa que un ego enfermo como el de Claudia Sheinbaum va estar realizando actos a los que vayan “voluntariamente” solamente los pocos militantes de Morena, pues va a pecar de ingenuo, porque en todos lados le van a arrimar acarreados.
Y ni crea que van a andar de bajo perfil ocultando que tienen la aspiración de ser presidentes y veladamente mostrando que hacen campaña, porque ya conoce a Ebrad, Monreal, Augusto, Claudia.
No podrán realizar todos los eventos fuera de horas laborables o en días de descanso, por lo que no pocos funcionarios públicos van a quedar con los dedos machucados, porque ahora los que se muevan van a salir en las fotos.
Quienes han organizado concentraciones oficiosas, sabrán que el costo aproximado por cada acarreado ronda los 150 pesos sólo en organización, transporte, lonche, templete, sillas… Y eso si no le dan regalos o efectivo para despertar su entusiasmo.
El Autócrata y su partido han tratado de darle la vuelta y no designar a sus corcholatas —Verdaderas fichas— como precandidatos a la presidencia, les dicen aspirantes a “coordinador de la defensa de la cuarta transformación”. Un vil timo.
Tan es así que para no hacer clara la maniobra, han puesto como fecha para terminar esta etapa de proselitismo el 6 de septiembre, precisamente cuando comienza el año electoral 2023-2024 que es la primera semana de septiembre.
De esa forma esperan que no se pueda tipificar que el gasto de recursos como actos anticipados es de precampaña, pero no va a faltar el que la riegue, e incluso las fichitas que en sus discursos hagan promesas de candidato presidencial.
Y cuando en los mítines surjan los “espóntaneos” y les griten “pre-si-den-ta-pre-si-den-ta”, o las notas de prensa pagada los mencionen como candidatos presidenciables, se va configurar el acto anticipado de precampaña escondido.
La legislación electoral federal considera Actos Anticipados de Precampaña a “las expresiones que se realicen bajo cualquier modalidad y en cualquier momento (…) desde el inicio del proceso electoral hasta antes del plazo legal para el inicio de las precampañas”.
Y aunque los mensajes del Presidente y sus fichitas realizan llamados expresos al voto en contra o a favor de una precandidatura, esto se hace antes del año electoral y se sufragará con recursos provenientes de fuentes oscuras, pero no oficiosas.
La ley electoral considera propaganda de precampaña al conjunto de escritos, publicaciones, imágenes, grabaciones, proyecciones y expresiones que durante el periodo de precampaña difunden los precandidatos con el propósito de obtener la candidatura a un cargo de elección popular.
La fórmula tramposa ya fue utilizada por López Obrador en 2017 y desde el 2022 por Delfina Gómez, y no ha podido ser sancionado debido a los extraños liderazgos de los partidos de oposición que o no impugnan o no lo hacen bien.
Así, quien sea el candidato de Morena tendrá en precampaña mientras los demás tendrán 60 días e iniciarán hasta la tercera semana de diciembre.
Los aspirantes de la oposición y los tramposos dirigentes del PAN, PRI y PRD, deberán darse a la tarea de presionar a las corcholatas para que se destapen y no solo hasta antes de su designación sino después, entre septiembre y diciembre.
En cualquier forma el Artículo 41 de la Constitución impide que no se fiscalicen las erogaciones en los procesos internos de selección de candidatos, como es el caso, aunque sean candidatos a defensores de la Cuatrote.
“La propia ley establecerá el monto máximo que tendrán las aportaciones de sus militantes y simpatizantes (…)” dice el artículo 41 de la constitución y agrega:
“Ordenará los procedimientos para el control, fiscalización oportuna y vigilancia, durante la campaña, del origen y uso de todos los recursos con que cuenten; asimismo, dispondrá las sanciones que deban imponerse por el incumplimiento de estas disposiciones”.
El mismo ordenamiento impide que persona física o moral, “sea a título propio o por cuenta de terceros, podrá contratar propaganda en radio y televisión dirigida a influir en las preferencias electorales de los ciudadanos”.
Hay forma de engancharlos, pero…. “La tiranía es implacable y cruel porque es cobarde y débil”; escribió en su Juan Cristóbal, Roman Rolland… Y que conste que no conoció a López Obrador y no puede llamarle neoliberal o adversario.
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