El 2024 quedó inscrito en la historia de México de muchas maneras, un año, marcado por la violencia, las luchas internas en el partido gobernante MORENA, y una creciente dependencia hacia Estados Unidos en el marco del regreso de Donald Trump a la presidencia.
La visión de una “Cuarta Transformación” prometida por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se encuentra ahora en una segunda etapa, un segundo piso como dice la titular del régimen, construido sobre grandes bases y cimientos…. De barro.
El proceso electoral de 2024 estuvo dominado por una contienda interna en MORENA que reveló fisuras profundas en el partido. Claudia Sheinbaum fue la elegida del presidente, dejando con la boca torcida a figuras como Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Adán Augusto López. La narrativa de unidad promovida por el partido contrastó con los numerosos reclamos de imposiciones y maniobras poco transparentes.
Mientras tanto, la oposición fue incapaz de articular un frente competitivo, dejando a los votantes prácticamente sin opciones, se llevaron la paliza de su vida.
El 2024 también fue un año marcado por la violencia creciente. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los homicidios dolosos superaron los 36 mil casos, manteniendo a México como uno de los países más violentos del mundo.
La penetración del fentanilo en el mercado local exacerbó la crisis de salud pública y generó tensiones con Estados Unidos, cuya presión por un control más efectivo contra los cárteles puso a prueba la capacidad y voluntad del gobierno mexicano.
El reportaje publicado por el New York Times en diciembre de 2024 mostró cómo los cárteles mexicanos han diversificado su influencia, no solo en el tráfico de drogas, sino también en sectores legales como la minería y la agroindustria.
Y el gobierno está más preocupado por desacreditar un reportaje que por aceptar la realidad, una reacción tibia , con desmentidos superficiales que no lograron contrarrestar el impacto de las revelaciones.
En el plano de la salud, el desabasto de medicamentos continuó siendo un tema crítico. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó una cobertura insuficiente para enfermedades crónicas como el cáncer, mientras que el sistema de salud pública se tambaleó bajo una creciente demanda y una reducción de recursos asignados.
Los escándalos también marcaron el año: desde irregularidades en los contratos de obras públicas hasta presuntos actos de corrupción vinculados a programas sociales.
La toma de protesta de Donald Trump como presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 2025 promete un giro radical en la relación bilateral. Durante su campaña, Trump amenazó con imponer mayores aranceles y militarizar la frontera para frenar el tráfico de fentanilo y la migración irregular. Ante este escenario, el gobierno de México ya ha mostrado signos de sumisión: desde la aceptación de nuevos acuerdos migratorios hasta la colaboración forzada en operativos antinarcóticos liderados por Estados Unidos.
En el ámbito interno, en este 2025 vendrá la renovación del Poder Judicial, donde la independencia judicial enfrenta riesgos serios en un entorno donde el Ejecutivo ha buscado concentrar el poder, debilitando los contrapesos democráticos.
La creciente dependencia de México hacia Estados Unidos amenaza con socavar su soberanía. La falta de una política exterior firme, sumada a la pasividad frente a las exigencias de Trump, refuerza la imagen de un país dispuesto a ceder para evitar conflictos mayores.
Este comportamiento anticipa un 2025 marcado por concesiones unilaterales que podrían profundizar las desigualdades y debilitar aún más la posición de México en el escenario internacional.
El panorama es obscuro, pero no definitivo. La organización ciudadana, el fortalecimiento de la oposición y un periodismo valiente serán cruciales para contrarrestar los abusos de poder.
Tiempo al tiempo.
@hecguerrero