Todos sabemos que a diario, desde la tribuna presidencial se nos cuentan historias de un país que no existe, además de atacar instituciones, periodistas, medios de comunicación, incluso ahora el enemigo es la clase media. Todos sabemos que ahí, salvo el que no quiera ver, el régimen miente como respira. Incluso al propio presidente López le mienten flagrantemente con tal de ganarse un lugar con él y obtener su bendición
El caso que nos ocupa, es el regreso a clases que ya se dijo que, si o si, será al inicio del siguiente ciclo escolar que ya está a la vuelta de la esquina.
Como siempre habremos quienes están a favor o en contra, sin embargo, gracias a cómo el gobierno pone los temas sobre la mesa y a la polarización y la división que han fomentado, el debate se vuelve más visceral y se encuentra descompuesto ,más por intereses políticos, en vez de que como mexicanos veamos y decidamos que es lo mejor para nuestros niños.
El punto también radica en que no estaríamos en esta situación de riesgo y de incertidumbre si el Gobierno hubiese adoptado desde un principio una estrategia seria y responsable para el manejo de la pandemia, lo cual sabemos que no fue así, sino todo lo contrario.
Luego de más de un año de pandemia, la educación de cientos de millones de niños se ha interrumpido y, de acuerdo con la UNICEF, el progreso ha retrocedido en prácticamente todos los indicadores importantes relativos a la infancia y los niños se están enfrentando a una nueva normalidad devastadora y distorsionada.
Tan solo en el último año, en México y el mundo se ha registrado un aumento de los niños que pasan hambre, están aislados, son víctimas del abuso o sufren ansiedad y sin duda también está afectando a la salud mental de los niños y está llevando a las familias a la pobreza.
Y las clases a distancia, por más buena voluntad que exista, la realidad es que por lo menos uno de cada tres niños en edad de ir a la escuela no pudo acceder a la educación a distancia mientras las escuelas permanecieron cerradas.
Hoy en México las condiciones para el regreso a clases no son las óptimas con una tercera ola de contagios a todo lo que da y los menores de edad sin ser contemplados en un esquema de vacunación, no es un futuro digamos halagador.
La realidad es que en México existen 37 millones de menores de edad que llevan 18 meses sin asistir a clases y algo se tiene que hacer al respecto.
Así que la pregunta ya no es si se debe o no regresar a clases sino en un país como el nuestro de grandes desigualdades, cómo debemos de hacerlo.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), recomendó a México que el próximo regreso a clases presenciales sea bajo un análisis regional, considerando la situación de cada escuela, más no generalizado, ello para evitar riesgos de contagios en las aulas.
“La reapertura de escuelas no puede ser una reapertura generalizada. Debe estar basada en una evaluación de riesgo local, la situación epidemiológica, la capacidad de respuesta, la disponibilidad de los servicios de salud y las condiciones propias de los centros educativos en todos los niveles”, declaró Ciro Ugarte, director de Emergencias en Salud de la organización.
La preocupación de este gobierno por el regreso a clases la percibo como genuina, así como la de varios gobiernos en el mundo.
Sin embargo el Gobierno Federal tiene que garantizar, porque es su obligación la salud y la integridad, sobre todo de los niños.
Por lo cual estarían obligados a vacunar a todos los niños y jóvenes antes del regreso a clases , a dar mantenimiento a las escuelas que han sido saqueadas y vandalizadas, además de observar de cerca las medidas de seguridad e higiene básicas para alumnos y maestros.
Es un hecho que nada de esto está garantizado para este 30 de agosto.
La SEP por su parte reveló una carta compromiso que ponía de manifiesto las corresponsabilidades que tomarían padres y tutores en un regreso seguro a las escuelas donde, entre otros puntos se pedía a los padres, monitorear constantemente al menor, es decir, revisarlo a diario para identificar la presencia de posibles síntomas de COVID-19.
“Revisar diariamente a mi hija/hijo para identificar la presencia de signos y síntomas relacionados con la enfermedad COVID-19, como malestar general, tos seca, estornudos, dolor de cabeza, fiebre o dificultad para respirar”.
- “Mantener a mi hija/hijo en casa en caso de presentar alguno de los síntomas anteriores”.
- “Llevar a mi hija/hijo a recibir atención médica ante la presencia de síntomas de enfermedad respiratoria y atender las recomendaciones del personal de salud”.
- “Notificar a la escuela vía telefónica, los resultados del diagnóstico médico”.
Luego de las críticas que recibió, la SEP modificó la carta de corresponsabilidad, que había sido presentada en un inicio y eliminó el siguiente inciso:
-Manifiesto mi compromiso de Aceptar el Retorno Seguro a clases de mi hijo/hija bajo la siguiente modalidad: virtual, presencial, mixta u otra”, la cual debía ser respondida por “Sí” o “No” por los padres o tutores de los infantes.
Y bueno, luego la vocera del vocero del presidente dijo que esa carta era falsa, delante del Presidente… eso es lo que nos preocupa realmente que en el gobierno federal mienten como respiran.
El regreso a clases está ya a la vuelta de la esquina y no es impuesto como obligatorio.
La decisión es nuestra como padres de familia, debemos cuidar de los nuestros, esperando que el estado cumpla cabalmente su obligación.
De otra forma, este gobierno le apuesta, a lo que le apostaron desde el principio, de una forma siniestra, a la inmunidad del rebaño, cueste lo que cueste y llévese a quien se lleve.
Estaremos pendientes.
Tiempo al tiempo.