Fracturado. Así parece estar el priismo local o cuando menos la cúpula oficial del mismo pues hace un par de semanas se evidenciaron las grietas que dejó el sismo del pasado 1 de julio y la campaña previa.
Durante la visita de la dirigente nacional tricolor, Claudia Ruiz Massieu, a la que por cierto apenas unos cuanto s privilegiados medios de comunicación fueron convidados, la diputada federal María Alemán puso el dedo en la llaga al exigir la dimisión del ‘dirigente’ estatal priista y flamante regidor por Querétaro, Juan José Ruiz. La petición estuvo acompañada de varias decenas de firmas de reconocidos priistas locales que sí han hecho chamba a ras de suelo.
Sin embargo, la respuesta de la dirigente fue clara, Juan José se queda hasta que cumpla su mandato y se tienen que esperar algo así como de aquí al 2021 –aunque Claudia Ruiz no les aclaró si eso será en la mañana o en la tarde-
Lo que evidenció este hecho y las posteriores quejas de militantes priistas es la frustración que enfrentan con respecto a su ‘dirigente’ estatal pues éste no les ha cumplido ni un acuerdo. Pobres están en la lona.
Pero en el PRI no es el único partido donde comen piñas pues en el PAN la cosa tampoco está sencilla, aunque hayan arañado los triunfos necesarios para mantenerse como la primera fuerza política del Estado, pues resulta que al interior hay tal animadversión para con la figura del exalcalde capitalino, Marcos Aguilar Vega, que hay quienes ya ven como obligación el minarle el camino al cuestionadísimo diputado federal con licencia.
Tal es el encono contra Aguilar Vega que el objetivo es uno: no debe llegar al 2021 como militante blanquiazul, aunque ello lo ponga a los pies de Morena rumbo a la candidatura al Gobierno estatal. Falta ver si los pupilos de don Andrés Manuel López Obrador, serán tan ingenuos como para comprar vidrios y le abren las puertas a un político que de plano parece cadáver.
Y ya para terminar quisiéramos ver si alguno de nuestros lectores nos ayudan a averiguar cuál fue la agencia de viajes que tan eficientemente armó paquetes vacacionales para un número nada despreciable de operadores políticos priistas que, una semana antes del 1 de julio gozaban de un merecido descanso en paradisiacos destinos mexicanos, cuanto en el Estado sus correligionarios se tiraban de los pelos frente al fracaso electoral que ya vislumbraban.