Desde que el Partido Revolucionario Institucional recuperó la Presidencia de la República en 2012, ha sufrido una debacle, tanto en el número de estados gobernados como en el número de electores registrados en la lista nominal.
Tras el triunfo de Enrique Peña Nieto, el tricolor tenía el control de 21 gubernaturas del País; sin embargo, luego de cinco años de gobierno, el PRI gobierna ahora en 14 estados, sin contar Chiapas, donde su aliado el PVEM tiene las riendas.
La inseguridad, la situación económica, los malos gobiernos y los escándalos de corrupción, entre otros factores, ocasionaron que el PRI perdiera 11 estados que estaban en su poder en el 2012.
Tabasco, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Quintana Roo, Tamaulipas, Veracruz y Nayarit, son las entidades que se le fueron al PRI, de 2012 a la fecha.
Dichos estados tienen 24.9 millones de electores, de un total de 87.7 millones.
Del total de la lista nominal de electores, el tricolor y su aliado el Verde, gobiernan al 47 por ciento.
De la misma manera, el PRI y el PVEM sólo gobiernan 14 capitales del País.
Sin duda, existe un retroceso en el poder territorial del PRI, lo cual aunado a la pérdida de electores y el rechazo al partido, lo ponen en una situación de alerta roja en estas elecciones presidenciales del 2018.
Cabe recordar que históricamente el PRI inicia las campañas para Presidente con cifras altas en las encuestas, pero como se va acercando la fecha de los comicios, la intención del voto a favor del tricolor disminuye, en esta ocasión tendrá que remar contra la corriente.
El PRI debe dar un golpe de timón en su estrategia si quiere mantener la Presidencia de la República, ya que, de lo contrario, la alternancia podría ser inminente.
Dentro del equipo de José Antonio Meade, se avecinan cambios y adhesiones para tratar de apuntalar la campaña.
Los golpes que lancen contra sus adversarios deben ser certeros para tratar de sumar simpatizantes y todo parece indicar que su primer objetivo se encuentra definido y se trata de Ricardo Anaya. Después vendrá la verdadera “guerra” contra Andrés Manuel López Obrador.
Si el tricolor quiere ganar las elecciones presidenciales debe de sumar lo más pronto posible, de lo contrario el próximo 1 de diciembre entregarán de nuevo el poder. La mala noticia es que deben recuperar parte del terreno perdido en cinco años en tan sólo cuatro meses.
Tiempo al tiempo.