El gobierno de Andrés Manuel López Obrador podría contar con un impulso presupuestal inesperado para el próximo año.
Además de los recortes a la estructura gubernamental, la consolidación de compras o la eliminación de gastos, el precio del barril de petróleo podrá ser un factor de “suficiencia” presupuestal para los proyectos del próximo gobierno.
El gobierno saliente remitió en abril pasado el documento denominado “Precriterios 2019” al Congreso de la unión en el cual delinea las principales variables macroeconómicas para calcular los ingresos de la administración pública federal.
En los “Precriterios 2019” se estima un valor para el tipo de cambio del peso con el dólar 18.4 pesos por dólar, una plataforma de producción petrolera de 2 millones de barriles de petróleo al día, a un precio de 51.6 dólares cada barril.
Sin embargo, al 26 de septiembre, el precio de la mezcla mexicana ronda en 70.2 dólares y el dólar se cotiza en 18.8 pesos.
Estos cambios en el incremento de producción petrolera, tipo de cambio y precio del barril de petróleo resultarán en mayores ingresos para el erario.
El lado negativo serán los incrementos en precios de las gasolinas para el consumidor por la alta dependencia de importaciones, principalmente de las refinerías ubicadas en Texas, EEUU.
Mantener el nivel actual de impuestos, el famoso IEPS, y congelar los precios en términos reales; es decir, que solo suban según la inflación, será en los hechos un subsidio.