La presunción de inocencia es un derecho humano y constituye un principio de protección y tutela de los derechos de toda persona, el cual se encuentra contemplado en la Constitución Mexicana.
La detención en Estados Unidos del ex Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, muestra que la relación entre México y Estados Unidos es por demás endeble, es una muestra de que seguimos siendo su patio trasero, por más que “Juanito Trump”, en sus homilías, nos venda lo contrario.
El General en retiro se encontraba en el aeropuerto de Los Ángeles al momento de su detención, preparando un viaje en sentido familiar, sin ninguna obligación de otro tipo para visitar el vecino país.
Eso deja más o menos claro dos aspectos, el primero es que, de ninguna manera conocía que había una investigación en su contra y la segunda es que si el general en retiro tuviera algo que temer, sobre todo en Estados Unidos, pues simplemente se hubiera abstenido de ir ¿O qué harían ustedes?
Pero a nadie debe sorprender este comportamiento de la DEA, pues es de todos conocida su forma de operar, sus decisiones, agresivas, a veces aberrantes, unilaterales cuando quieren asestar un golpe de autoridad, pasan por encima de cualquiera.
Es increíble que exista una orden de arresto pare Cienfuegos desde agosto del año pasado, sin que las autoridades mexicanas estuvieran al tanto, lo que de facto demuestra el trato de país de segunda que nos da el vecino del norte.
¿Los cargos? Son cuatro, los que se le imputan al general en retiro, entre los que destacan: conspiración para manufacturar, importar y distribuir drogas, además de un cargo por lavado de dinero.
Lo que sabemos es que al parecer hay dos testigos protegidos, mensajes de blackberry que refieren al padrino que protegían al H-2.
“Los agentes se habían estado acercando a él durante meses, sospechando que esta figura central en el tráfico de drogas era un alto funcionario del Ejército mexicano. De repente, una de las personas vigiladas le dijo a sus compañeros de cártel que ‘El Padrino’ estaba en la televisión en ese mismo momento. Los agentes revisaron rápidamente para ver quién era. Encontraron que era el Secretario de Defensa Nacional, el General Salvador Cienfuegos Zepeda”.
¿Un general, de 50 años de trayectoria, que fue, director del Colegio Militar, arriesgó todo eso para apoyar por dinero, a un pequeño cártel, el Cártel del H-2 para el traficar en tierra y mar cocaína, mariguana y metanfetamina, hacia EU?
Esas son las agravantes, de acuerdo con el Departamento de Justicia de aquel país, pues Cienfuegos estaría ligado con Juan Francisco Patrón Sánchez, El H2, quien asumió el liderazgo de una facción desprendida del Cártel de los Beltrán Leyva desde 2014.
Hay que recordar que “El H2”, fue abatido en Tepic, Nayarit en un operativo aéreo que fue liderado por la Secretaría de Marina, y no por la Secretaría de la Defensa Nacional, quien debía protegerlo, según las autoridades estadounidenses.
La verdad y tristemente, al grueso de la población, las acusaciones parecen ser consistentes, que el ciudadano común y adicto a las narcoseries puede decir que son reales y emite su juicio condenatorio de facto.
En cualquier otro país del mundo, el arresto de un personaje de esta envergadura, hubiera sido tomado como un insulto, como un agravio, por parte de Estados Unidos.
Sin embargo, la primera reacción aquí es la de “Ven se los dije, eso es producto de los gobiernos neoliberales corruptos del pasado”, aquellos que basan su retórica en lo que dice su mesías.
Pues López luego luego dijo que el arresto del general es una muestra inequívoca de la descomposición del régimen y el periodo neoliberal. Y como siempre, escupió para arriba
Pero ojo aquí amigos; sin embargo, el presidente López fue lo suficientemente “inteligente” para darse cuenta de que se está tocando al Ejército, a la segunda institución más confiable del país después de la Iglesia Católica, a la institución en la que él está apoyándose para sacar adelante su cuarta transformación.
La militarización de país que pretende el actual gobierno, se derrumba y se ve comprometida tan solo con la acusación y si ésta se comprueba…
Así es, aunque se trate de un ex secretario de la administración anterior, el arresto pesa sobre toda la institución y es un duro golpe a la institución castrense, a la que el actual gobierno le ha entregado 29 mil millones de pesos adicionales para desempeñar sus actividades.
Esto pone de facto en el ojo de la sociedad a los mandos que actualmente operan en el gobierno de López, no solo al General Crescencio, sino a quienes están un poquito más abajo y que fueron catapultados por el general ahora convicto, como por ejemplo Agustín Radilla, actual oficial mayor del Ejército mexicano y considerado ahijado de Cienfuegos, se encarga del presupuesto de la Sedena, sus contratos, licitaciones y es el guardián del dinero en proyectos clave como la construcción del nuevo aeropuerto “Felipe Ángeles” y la refinería en Dos Bocas, Tabasco.
Y ahora que Durazo se va a ir, acariciaba la idea de poner a un militar sucediéndolo, la orden fue clara: ningún militar estará considerado para la sucesión de Alfonso Durazo en Seguridad Pública.
Vamos a ver qué sucede en este caso, por lo pronto parece inevitable el traslado de Cienfuegos a Nueva York para ser juzgado por la autoridad estadounidense, mientras tanto en el juicio de la opinión pública el general es ya culpable.
La presunción de inocencia se vulnera, todos los días desde Palacio Nacional, desde donde una persona dice, de acuerdo con su sentir quienes son los buenos y los malos.
Hay que recordar, como reflexión final, que así es como Estados Unidos, ha orquestado golpes de estado en toda Latinoamérica, organizados por la CIA, la DEA y el FBI, el arresto de Cienfuegos está provocando algo más que escozor en las fuerzas armadas mexicanas, quienes ven debilidad en un Gobierno que no es capaz de proteger a la institución más sólida del país, que ha permitido una intromisión sin precedentes dentro de sus filas.
Seguiremos hablando del asunto.
Tiempo al tiempo.