Una vez pasada la jornada electoral, comienza a surgir detalles y tópicos dignos de análisis; por ejemplo en Tequisquiapan se dieron varios hechos que llaman la atención.
Para empezar, la candidata panista por el Sexto Distrito local, Daniela Salgado que resultó ser la primera mujer en la historia que logra el triunfo en ese distrito electoral.
Con trabajo de campo, acercamiento con la sociedad y cercano a las comunidades, Daniela logró lo que nunca se había alcanzado en esa demarcación.
También por tierras tequisquiapenses se dio un fenómeno interesante con el triunfo de Antonio Mejía en la Alcaldía de aquella comuna que aprovecho la pésima campaña del panista Gustavo Pérez Rojano y los pleitos internos en el panismo tequisquiapense.
Macías, quien ya gobernó el municipio bajo las siglas del PRI, aprovechó también el rechazo que generó la administración del Verdeecologista, Raúl Orihuela González.
Al cierre de esta edición se vislumbraba que la contienda en la capital del Estado se iría al proceso del recuento total de votos para dirimir el triunfo entre el panista, Luis Nava y el morenista, Adolfo Ríos; sin embargo, al ex portero de la Selección Mexicana ya no le quedan ganas de empujar la impugnación, contrario a lo que la dirigencia de sus partidos le han instruido: ir por todo al voto por voto. El arquero, dicen, está harto.
También de la contienda en la capital del Estado, fue visible la sorpresa, rayando en estupefacción que había en varios panistas en el bunker de Luis Nava, quienes no podían dar crédito al hecho de que Morena y sus aliados hubieran obtenido triunfos en distritos locales prácticamente sin candidatos y sin haber hecho campañas.
Y sí, varios candidatos de la Coalición Juntos Haremos Historia no se molestaron en salir a la calle a pedir el voto y vencieron a sus similares panistas, que tampoco hicieron mucho por ganarse la simpatía de la gente. Quizás por eso, la noche del domingo, nadie salió a festejar, algo que no había sucedido en las últimas elecciones locales.