El primer debate presidencial entre las candidatas y el candidato a la presidencia de la república dejó en claro que, si bien no existe un ganador como tal, deja claro que, quienes perdemos, somos nosotros. Un debate, sin duda para el olvido.
Pero si existen perdedores, debió haber alguien que “gana” y, en este caso, la candidata del oficialismo, que lleva ya un par de años en campaña salió avante del debate, no precisamente por ser brillante o elocuente.
Ver a Claudia Sheinbaum plantarse con esa serenidad y aplomo, para no solo defender, sino refrendar y repetir las mentiras del gobierno, para escabullirse de las preguntas que le hacía la candidata opositora y seguir la línea del palacio. No se salió de su papel y eso no hace más que reafirmar el porqué es la marioneta adecuada y preferida del presidente.
Por ejemplo, verla sonreír cuando le cuestionaron sobre el colegio Rébsmen y la línea 12, además de quedarse callada cuando se le cuestionó sobre las muertes por COVID en la CDMX, donde, como todos sabemos, tuvimos una de las tasas de mortalidad más altas del mundo.
Sin duda la candidata oficial era quien tenía todo para perder, para ser arrasada, para ser cuestionada, arrinconada, pero no fue así. Claudia, hizo bien la tarea.
Tanbién es cierto que, por sus desplantes, por mostrar su talante autoritario en el debate pero sobre todo por sus ataques a su adversaria y por ignorar por completo al “Colgate” Maynez, dejó ver que la ventaja de las encuestas no es tan amplia y que su templanza está en duda.
El tema de las mujeres, bueno ahí está la muestra cuando fue menospreciado de diversas formas cuando dijo que ya no que ya se había discutido lo suficiente el tema.
Para bien o para mal, de los tres candidatos, fue la única la que se le ve que tiene un plan para gobernar, aunque sea el de López lo tiene.
Los temas de corrupción, salud y seguridad, donde su jefe ha sido un desastre, los libró, un poco por las tablas, la disciplina y otro tanto porque Xóchitl fue incapaz de dar un golpe que la llevara a la lona.
Por su parte, la candidata opositora se le vio nerviosa, poco precisa y dejó ir a la trucha viva. Teniendo a la mano datos para hundir no solo a un candidato, sino a un gobierno entero, no supo asestar golpes definitivos. Esperábamos mucho más.
Lo mejor de la candidata que es su espontaneidad, su frescura, parece que la dejó ahí en la puerta, además de los yerros con sus cartulinas y el incidente de la bandera, es increíble que haya tenido que leer su mensaje final.
Se mostró su falta de experiencia, no sé si los partidos la obligaron a renunciar a su espontaneidad y le pidieron que se portara seria y cuadrada, fue contra su naturaleza y, a pesar de que por ahí salieron destellos como llamarle #DamadeHielo a Claudia o decirle que no tiene corazón. Por lo demás creo que Xóchtl no supo ganar.
La candidata opositora perdió varias oportunidades para responder los ataques de su rival, además de no capitalizar la tremenda indignación que existe entre los mexicanos con el actual régimen.
Solo con el histrionismo al llamarla “mujer fría y sin corazón”. Lo que se ve no se juzga, diría el Divo de Juárez.
El tema de la bandera, el cual se adueñó de los memes, que lo consideraron una pifia, la verdad es que mostrar una bandera al revés es símbolo de protesta y así lo aclaró la propia candidata después del debate.»por el secuestro o la violencia que vive el país”.
Jorge Álvarez fue a hacer su chamba, a hacerse el gracioso, a darse a conocer con el público y creo que lo logró, ahora el electorado lo conoce un poco más, un candidato que se vió hasta infantil. Y bueno también sabemos que tiene que estudiar un poco más el lenguaje de señas.
Hagan de cuenta que es cuando te invitan a una fiesta donde eres un completo extraño, pero quiere quedar bien con todos.
Al final, “Colgate” Maynez, salió como lo que es, un peón que busca mantener el negocio familiar.
Este debate deja más preguntas que respuestas, sin embargo deja claro y pone en su lugar a todos.
Claudia, obediente y disciplinada, Xóchitl atacando, pues tiene que repuntar y Maynez, pues siendo Maynez, un peón al servicio del negocio familiar.
¿Lo mejor del debate? Los memes.
¿Los grandes perdedores? Nosotros.
Tiempo al tiempo.