Chicago, IL.- El testimonio del narcotraficante colombiano Álex Cifuentes Villa en el juicio en Nueva York contra Joaquín El Chapo Guzmán Loera resultó en una bomba para muchos, aunque a otros la verdad no nos sorprende.
El testigo trabajó muy de cerca con el capo mexicano del 2007 al 2013, cuando ambos se escondían en las montañas de la sierra Madre. Según Cifuentes Villa, el priísta Enrique Peña Nieto buscó al Chapo después de ganar la elección presidencial del 2012 y le pidió un pago de 250 millones de dólares para detener su búsqueda.
El colombiano afirma que Guzmán Loera hizo una contraoferta a Peña Nieto, quien finalmente aceptó 100 millones de dólares bajo el entendido de que El Chapo ya no tenía que estar escondido.
En la interrogación, Cifuentes Villa admitió que su asistente personal, Andrea Vélez Fernández, trabajaba para el consultor político J.J. Rendón cuando éste fue contratado por el equipo de campaña de Peña Nieto. Precisó que la mujer le envió fotografías de “maletas repletas de dinero”.
Cuando el abogado de la defensa, Jeffrey Lichtman, preguntó al colombiano si el recipiente de las maletas llenas de dinero era Enrique Peña Nieto, la fiscalía objetó el cuestionamiento por considerarlo poco relevante para el caso. El juez Brian Cogan aceptó la objeción y después las maletas ya no volvieron a ser mencionadas.
¿Quién cree la versión del testigo sobre el soborno de 100 millones de dólares al expresidente mexicano? Pues la respuesta no puede ser más obvia, a menos que usted sea militante del PRI.
Lo que ocurrió después en la administración de Peña Nieto ya todos lo conocemos y para muestra basta un botón (o tres): La Casa Blanca de La Gaviota; La Estafa Maestra; y el huachicoleo oficial. Solamente este último significó una pérdida de 66 mil 700 millones de pesos para Pemex durante el 2018, suficiente para cubrir el presupuesto anual de las tres universidades públicas más relevantes de México: la UNAM, IPN y UAM.
Para los mexicanos en los Estados Unidos cualquier negativa de Enrique Peña Nieto sobre el testimonio que lo incrimina es totalmente irrelevante, porque sabemos la verdad, la contundencia de los hechos durante su gobierno es irrefutable.