Por más que se quiera ocultar la realidad, nuestro país se ha metido en una espiral de violencia que solamente un verdadero pacto de unidad nacional lo podría detener. A ello ha convocado –en su toma de posesión como arzobispo primado de México—el cardenal Carlos Aguiar Retes. Pero una cosa es la convocatoria y otra, muy diferente, es que le hagan caso.
Sin embargo, las cifras hablan de un pacto, acuerdo o lo que sea, pero urgente, sin seguir la lógica (ilógica) de los partidos políticos y sin la presencia de los que mueven el tablero de títeres en que se ha convertido “el mercado”. En otras palabras, liderado por las principales instituciones en las que confían los mexicanos (según Consulta Mitofsky): las universidades, la Iglesia y el Ejército; la Comisión Nacional de Derechos Humanos, las estaciones de radio, los medios de comunicación (no las cadenas de televisión) y el Instituto Nacional Electoral.
En esa misma consulta, las seis peores instituciones, en términos de nivel de confianza entre los ciudadanos, (reprobadas en la escala del 1 al 10) son: los partidos políticos, cuya calificación es de 4.4; los sindicatos (4.6), los diputados y la policía (4.8, cada una), la Presidencia (4.9) y los senadores (5). O sea, que, de acuerdo a la confianza de los mexicanos expresada en la encuesta de Mitofsky, en este acuerdo pacto o lo que sea, ninguna de estas partes debería estar representada. Son las que han torcido el camino de la paz en México.
¿Exagero? México se volvió uno de los países más inseguros del planeta en 2017. Y, desde luego, en la cima de la inseguridad para sí mismo. En dos de cada tres estados se cometieron más delitos en 2017 que en 2016, y la incidencia total delictiva a nivel nacional tuvo un crecimiento superior a diez por ciento. No solo repuntaron los homicidios y feminicidios, también ilícitos mucho más numerosos como los robos en la calle o en el transporte público, los cuales se cometen casi siempre con violencia.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública en el año 2017, se denunciaron 1,817,061 delitos de todo tipo en las agencias del Ministerio Público del país, que equivalen a una tasa de al menos 1,471 nuevos ilícitos por cada cien mil habitantes. En comparación con 2016 –donde se registraron 1,628,438 delitos, equivalentes a una tasa de 1,334 ilícitos–, se tuvo un crecimiento de la incidencia delictiva en el país de 10.26 por ciento.
De nuevo: ¿exageración? No se puede dejar en un “volado” (a ver quién gana el 1 de julio) el destino de nuestra Patria. Hay que buscar un pacto de unidad con los actores en los que confía la gente.