Aunque suena a comercial bancario, este título fue un chiste periodístico en los medios canadienses en julio de 2009, cuando el Gobierno Canadiense impuso visas a visitantes mexicanos y checos. La decisión fue justificada, pero tomó a muchos por sorpresa pues ocurrió sin aviso previo.
Antes de esa fecha, cualquier visitante mexicano podía entrar libremente a Canadá de visita, el problema fue que, en un par de años, las solicitudes de refugio de mexicanos creció exponencialmente, superando las peticiones de países africanos y del Medio Oriente.
Era una época en que los americanos apretaron las tuercas a los inmigrantes mexicanos y muchos vinieron a probar suerte acá. Igualmente, hubo (y aun existen) organizaciones que intensamente promovieron sus servicios para traer mexicanos a Canadá, diciendo que el país estaba desesperadamente buscando mano de obra. Al llegar acá, presentaban solicitud de refugio por persecución política y por sus preferencias sexuales; la gran mayoría siendo mentira.
Después de años de negociaciones, se logró que removieran el requisito de la visa, ahora solo es necesario un registro en línea con mínimos requisitos. Sin embargo, ante los ojos de las autoridades canadienses, los visitantes de México representan un alto riesgo de inmigración ilegal.
Hace un par de años, una amiga de Querétaro me llamo pidiéndome ayuda para un conocido de ella que al llegar al aeropuerto de Toronto “había desaparecido”. La realidad es que fue detenido al llegar a migración, porque las autoridades sospechaban que venia a quedarse de manera ilegal. El muchacho estuvo un tiempo en detención en una prisión en las afueras de Toronto.
Yo he visto anuncios en prestigiosos periódicos mexicanos de organizaciones que afirman que existen muchas oportunidades laborales en Canadá y que es muy fácil venir a ganar muchos dólares.
En febrero de este año la policía provincial de Ontario liberó a 43 mexicanos, de entre 20 y 46 años de edad, que vivían en condiciones de esclavitud en un poblado cercano al conocido resort de Blue Mountain. Vivían hacinados en condiciones insalubres, mal alimentados, eran llevados a hacer la limpieza de hoteles y regresados a la casa donde los hospedaban. Les habían prometido sueldos de miles de dólares al mes y realmente les dejaban solo $50 dólares al mes, después de descontarles habitación, transporte y alimentos.
El caso ocupó muchos espacios noticiosos donde se hablaba de moderna esclavitud y del tráfico humano. No es el primero ni el único. En otras provincias, donde hay programas oficiales de trabajo agropecuario temporal han sido conocidas también por abusos y malos tratos.
Si alguien te ofrece cosas maravillosas que son difíciles de creer es porque no son ciertas. Y más en esta era de internet y donde la información abunda en sitios web y en medios sociales, cómo la gente puede caer fácilmente en las redes de traficantes humanos.
¿Cómo se ven los migrantes desde México? ¿Cuál es la relación, si existe alguna, entre los que se van más allá de la frontera con la gente que se queda atrás en el país?
Algo que veo seguido en Canadá es la solidaridad entre miembros de distintos grupos étnicos. Si algo pasa, por ejemplo en Hong Kong, los migrantes de ese país radicados en territorio canadiense hacen manifestaciones aquí, expresan solidaridad y preocupación por sus connacionales.
¿Qué pasa con los mexicanos y su diáspora? La masacre en El Paso, donde un extremista blanco armado asesinó a docenas de mexicanos, entre otros latinos, no me pareció que hubiera resonado mucho en la sociedad mexicana. Poco fue lo que pude leer en México, solo de parte del gobierno, que llegó al extremo irrisorio de pedir la extradición del presunto asesino… ¿neta?
Lo irónico es que muchos migrantes mexicanos que trabajan en los Estados Unidos mandan dinero regularmente a sus familias en México; las remesas constituyen la segunda fuente de divisas del país después de las exportaciones automotrices. Tan solo en 2018, sumaron más de 33 millones de dólares.
