Chicago, IL.- Muy cierto que el famoso muro que prometió Donald Trump en la frontera con México físicamente no ha sido construido, pero hay otra estrategia anti-inmigrante que el gobierno estadounidense está desplegando con bastante éxito.
El objetivo final de Trump y sus aliados es vaciar el país de inmigrantes, principalmente aquellos de piel morena. Y para ello la Casa Blanca ha emitido órdenes ejecutivas y medidas que empiezan a tener efecto.
Por ejemplo, argumentando que “la inmigración es un privilegio”, Trump puso fin al programa DACA que protegía a unos 800 mil jóvenes indocumentados de la deportación. Los llamados soñadores, que llegaron de niños acompañando a sus padres, podrían ser víctimas de la primera deportación masiva de los Estados Unidos en décadas.
La administración Trump tiene toda la información personal de los dreamers, incluido su domicilio, lugar de trabajo y la escuela que atienden. Si estos cientos de miles de jóvenes quedan excluidos de alguna ley que legalice su estatus migratorio, los agentes de migración no tendrían ningún problema en ubicarlos para detenerlos y deportarlos.
Los efectos colaterales de arrestos en los domicilios de esos soñadores serían devastadores, porque en su mayoría viven con sus padres, que evidentemente son indocumentados. En un operativo los agentes migratorios podrían dejar innumerables casas vacías, con los hijos menores con ciudadanía estadounidense en poder del Estado.
Otra iniciativa anti-inmigrante ya desplegada por Trump fue recortar la cifra de refugiados de 110 mil a 45 mil al año. Además, la Casa Blanca promueve una ley que reduce de un millón a medio millón cada año la entrega de permisos de residencia y empleo para nuevos inmigrantes.
También hay otro sector que paulatinamente está perdiendo el estatus de protección temporal. Son los inmigrantes afectados por desastres en sus países de origen. Para empezar Trump ya puso fin al estatus legal de 5,300 nicaragüenses y 50 mil haitianos, que ahora corren el riesgo de ser deportados.
Igualmente hay 86 mil hondureños y 263 mil salvadoreños a la espera de que Trump decida no renovar su protección temporal.
La cosa está fea y se va a poner peor.