Heredar el poder o darle cargos públicos o de representación a hijos, esposas o familiares, fue una práctica que durante muchos años la oposición le criticó al Partido Revolucionario Institucional.
Los «cachorros» de la política se le atribuyeron desde sus inicios al tricolor, pero la moda de crear dinastías familiares en cargos de elección popular ha llegado al PAN, al PRD y, por lo tanto, a «Por México al Frente».
Para los comicios de este año existen varios casos de herencia del poder, donde gobernadores imponen a sus familiares para seguir su reinado por lo menos seis años más.
Uno de los casos más emblemáticos se da en Veracruz, donde el Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares pretende que su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, se convierta en el próximo mandatario de los veracruzanos bajo las siglas del PAN-PRD-Movimiento Ciudadano.
Además, otro hijo de Yunes, el ex senador Fernando Yunes Márquez, en días pasados rindió protesta como nuevo Alcalde de Veracruz.
Incluso, la esposa del Gobernador y presidenta del DIF estatal, Leticia Márquez de Yunes, en diciembre pasado se aventuró a decir que va a tener dos hijos gobernadores.
«Claro que lo voy a tener, voy a tener dos hijos gobernadores», afirmó en el marco del IV informe de su hijo Miguel Ángel, quien en aquel momento era alcalde de Boca del Río.
De la misma manera, el Gobernador de Morelos, Graco Ramírez, quiere imponer como candidato del PRD y sus aliados al Gobierno del Estado a su hijastro Rodrigo Gayosso.
El mandatario morelense durante su gestión le dio a Gayosso mucho poder, y ha sido el operador que mueve muchos hilos en diferentes áreas del gobierno estatal. Hasta diciembre pasado, fue el líder del Sol Azteca en Morelos, desde donde era el intermediario de su padrastro con los legisladores locales y federales de ese partido.
En Puebla, también se busca heredar el poder, ya que la candidata de «Por México al Frente» será Martha Erika Alonso, esposa del ex gobernador Rafael Moreno Valle, el cual para muchos es la mano que mece la cuna en el Gobierno de Antonio Gali.
Dicha candidatura, es una recompensa para Moreno Valle por alinearse a la candidatura presidencial de Ricardo Anaya. Asimismo, el actual gobernador tendría su premio, ya que su hijo Tony Gali López, será candidato del PAN al Senado de la República.
Pues así es la política en México, en donde un apellido o lazo familiar, pesa más que la militancia o los méritos propios. Y para muestra un botón, ya que desde 1934, 230 personas de 88 familias han acaparado 455 asientos del Congreso.
Sin duda, la herencia del poder tiene como objetivo principal cubrir la espalda a los gobernadores salientes, pero en el fondo es cuestión de vanidad, con la cual buscan ser perpetuos en el poder a través de la familia, creando una dinastía. La última palabra la tienen los electores.
Tiempo al tiempo.