Está por concluir la segunda semana de campaña de los candidatos a la gubernatura y, con los candidatos a presidentes municipales encendiendo motores para arrancar en el primer segundo del próximo lunes 19 abril, hemos sido testigos del más gris e insípido arranque de la carrera por la sucesión en la oficina principal de la Casa de la Corregidora.
Los únicos candidatos/partidos que tienen claro su target electoral, son Mauricio Kury/Partido Acción Nacional, Celia Maya/Movimiento de Regeneración Nacional, y Abigail Arredondo/Partido Revolucionario Institucional.
El primero va por los segmentos más aspiracionistas de la población que se identifican tradicionalmente con la derecha: la amplia clase media queretana, una de las más grandes del país en términos de población económicamente activa del país, y los whitexicans.
La segunda ancla sus aspiraciones en el clientelismo que puedan generar los programas sociales y las políticas públicas federales en tres segmentos básicos de la población: los adultos mayores de 60 años, a quienes esperan –una vez vacunados- poder sacar a votar en masa; los ninis favorecidos con becas, y la base magisterial que suele ser muy activa.
En el caso de los terceros, ellos van a tratar de reproducir en Querétaro el fenómeno Coahuila/Hidalgo, en donde los millennials definieron en su favor el rumbo de las elecciones del 2020.
Esto no significa que sea una elección terciada. En realidad, al menos hasta el momento de escribir ésta columna, la participación del otrora partidazo sólo parece testimonial. Y la verdadera competencia está entre los candidatos del partido del Gobernador y del partido del Presidente de la República.
Los demás no tienen una idea clara de cuál es público objetivo del mercado electoral queretano. Sus apariciones son tan poco eficientes como efectivas. Y sin una base social/electoral que los sostenga, están condenados a la ignominia de negociar, con quien consideren que puede ganar, ofreciendo su papel de dispersores del voto a cambio de posiciones/beneficios en la próxima administración estatal.
Sin embargo, eso no significa que los tres enunciados arriba estén teniendo campañas efectivas. Ninguno de ellos está teniendo ni contacto ni conexión con la población. La pandemia evita la cercanía pero los modelos estructurales de sus campañas impiden un discurso que los conecte con la población.
Hoy, la competencia por un espacio en la mente de los electores para aumentar el recuerdo de su marca, por fugas que pueda ser, ha esclavizado a todos los candidatos del trend-jacking y el newsjacking. Es decir, se han mostrado incapaces de solidificar una propuesta de conciencia y pendientes de la última novedad noticiosa.
Por eso es que vale la pena compartirles un proyecto que lanzó ayer el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), denominado ‘#AntesDeVotar’, en el que a lo largo del periodo de campañas electorales va a ir publicando fichas detalladas sobre la situación de la competitividad de las 15 entidades que tendrán elección de gubernatura. Analizando aspectos clave como: educación, salud, salarios, finanzas públicas, participación de las mujeres, desempleo e informalidad.
La primera ficha incluye los temas de Salario, Equidad Salarial, Inversión Pública Local, Salud y Educación.
Y porque antes de votar nos tenemos que informar y contar con datos que abonen a la discusión pública, echemos un vistazo a la Boleta de Competitividad correspondiente al estado de Querétaro.
La mejor posición que alcanza, es el quinto lugar en cuanto a Inversión Pública Local por Habitante. La razón de este lugar en el ranking, que pudo ser mejor, es que en 2019 disminuyó la inversión por habitante con respecto a 2018. En el año en el que Andrés Manuel López Obrador se convirtió en Presidente de la República, la inversión pública local por habitante en Querétaro fue de 1 mil 603 pesos, pero para el 2019 cayó a 986 pesos, su nivel más bajo de los últimos 6 años.
De acuerdo con los datos del IMCO, en materia de Educación, Querétaro ocupa el séptimo lugar nacional en proporción de población con educación superior. Esto se refiere al porcentaje de la población de 25 años o más que ha cursado la educación superior, al registrar en 2020 un índice del 28 por ciento.
En materia de Salario, uno de los grandes mitos que ha acompañado el vertiginoso desarrollo queretano de las últimas 3 décadas, la posición que ocupa el estado no se advierte tan ventajosa. Se ubica en la posición número 12 en cuanto a salario promedio mensual se refiere. Al finalizar el 2020, el salario promedio mensual que se pagó en Querétaro a los trabajadores de tiempo ascendió a 7 mil 993.
Aquí vienen las malas notas. Según las estadísticas del IMCO, la Equidad salarial no es una de las ventajas competitivas queretanas. En ese indicador se le ubicó en la posición 15 del ranking. La brecha entre los salarios que se pagan a los hombres y las mujeres en el estado, es de 13 por ciento en favor de los primeros.
Donde de plano sale reprobado, es en materia de Salud. Ahí, con 0.5 camas de hospital por cada mil habitantes, el estado de Querétaro cayó hasta el sitio 28 del ranking.
Falta un mes y medio de campañas en estas elecciones definirán el rumbo del desarrollo de Querétaro y México, enfrentamos múltiples retos por la pandemia y los estragos económicos que ha causado. Estos retos coyunturales se suman a otros estructurales que ya se padecían y que limitan la competitividad, es aquí donde se requieren respuestas con propuestas claras, objetivas, particulares y sostenibles… Si alguien inventa mentiras y dice: “Yo anuncio vino y licor”, ese es el profeta ideal para este pueblo.