Una carencia notable entre los ciudadanos es saber distinguir con claridad los ámbitos de competencia del andamiaje institucional mexicano.
La administración pública es un laberinto complejo, con tres poderes, tres niveles de gobierno y órganos constitucionales autónomos.
La mayor sección de este laberinto corresponde a los poderes Ejecutivos con múltiples estructuras: empresas productivas, órganos paraestatales, paramunicipales, institutos, órganos desconcertados, sectorizados…
Los ciudadanos deberíamos estar familiarizados con este laberinto; sin embargo, en honor a la verdad bastante tenemos con las dificultades propias de nuestra cotidianidad.
Sin embargo, los que compiten por obtener un cargo público y, sobre todo, quienes han estado dentro del sistema, deberían mostrar más conocimiento del “monstruo”.
En la práctica, con sus plataformas y propaganda de campaña contribuyen a la desinformación cívica.
Así, sin importar su grado académico o la experiencia en el servicio público, los tres candidatos a la Presidencia de México hacen “propuestas” de campaña que corresponden más al ámbito legislativo que a las competencias del Ejecutivo.
Como muestra, dos botones:
José Antonio Meade, en su página web ofrece un “Código Penal único que tipifique y castigue los delitos de la misma manera. Iguales penas para mismos delitos”. Como esta, hay varias perlas en el mismo sitio electrónico.
Andrés Manuel López y Ricardo Anaya han coincidido en ofrecer bajar el Impuesto al Valor Agregado en la franja fronteriza, acción que puede ser propuesta por el Ejecutivo, pero que en cualquier caso debe ser aprobada como ley en el Poder Legislativo.
¿Y así quieren gobernar? Es pregunta.
