Según el diccionario dela Real Academia de la Lengua Española percepción es la sensación interior que resulta de una impresión material hecha en nuestros sentidos.
Es decir, no pensamos en la realidad, sino en lo que nos parece que es.
Al grado tal que ponderamos las sensaciones, las impresiones y a los propios sentidos para hablar de un tema, incluso para tomar postura, sin saber realmente la realidad de lo que se defiende.
Los políticos de toda la vida trabajan bajo esta máxima, hablan y hablan a veces sin conocer el tema, disfrazado de que se domina la situación y que son dueños de la verdad que predican.
Alguna vez en la historia de nuestro México mágico ¿hubo un presidente de la república que convocara a marchar en contra de otros ciudadanos?
Pues pronto y de forma lamentable, lo habrá y seremos testigos de este hecho por demás patético de la historia de México.
Reconociendo de antemano las argucias, las triquiñuelas de las que hace uso el presidente y sus seguidores, estamos por vivir el desenlace de una serie una serie de eventos lamentables y desafortunados, que van a concluir con lo único que se le pudo ocurrir y que sabe hacer: una marcha.
A manifestarse, a mostrar el músculo, a decir que él tiene un poder por encima de las leyes , de las instituciones y aun así confía en que el pueblo sabio es conocedor de sus buenas intenciones.
«En mi caso, a la primera manifestación de 100 mil personas y que yo vea que en las encuestas ya no tengo apoyo, a Palenque, Chiapas, ni siquiera espero la revocación de mandato. Ahí nos vemos porque tengo principios e ideales».
Es un charlatán.
Tomando como parteaguas la marcha en defensa del INE al día de hoy vamos a realizar un retrato muy básico de lo que estamos a punto de ser testigos.
Primero la descalificación inmediata por parte del gobierno, representado por el impresentable de Martí Batres quien dijo que la marcha habría de 10 a 12 mil personas, lo que alimentó el hambre de todos los publicistas del gobierno para arremeter contra la marcha.
Me encantan cuando los ultrachairos dicen “fue una marcha de la ultraderecha”, cuando el orador principal fue nada más y nada menos que José Woldenberg; sin embargo, ¿Asistieron sectores de derecha a la marcha en defensa del INE? ¡por supuesto! ¿Y qué tiene de malo?
Nada en absoluto, tomando en cuenta que el “derecho” mayor (por llamarle de alguna manera que no suene ofensiva), despacha en Palacio Nacional todos los días. Si yo sé que ese sapo lo traen atorado, pero ya pronto se lo van a poder tragar, no se preocupen.
Y para colmo, el remate del patrón…
“Lo que más molesta es la hipocresía, la simulación. Fue muy importante la marcha de ayer, una especie streptease del conservadurismo en México”. Así habla el presidente de México.
Viene una marcha orquestada desde el gobierno federal, de entrada una antítesis de lo que sucedió en la marcha en defensa del INE, viene una reacción una muestra de lo desesperados que ya están, que el voto que representa López se está diluyendo y son capaces dee cualquier cosa, hasta de exponer al presidente a un infarto con tal de jalar adeptos, obligar a un anciano enfermo del corazón y con sobrepeso, a marchar entre 6 y 8 kilómetros a la mera hora del sol, ¿A qué velocidad avanzará la marcha? ¿Al paso de López? O peor, ¿lo van a obligar a caminar rápido? bueno son capaces de eso y más.
Obviamente el próximo fin de semana veremos la unción del rey de México, de las marchas y de la verdad, no por demanda o solicitud de sus gobernados , es para curar el ego profundamente lastimado del tirano.
Por favor imagínense la foto de la primera línea de la marcha, por donde lo vean a quien se imaginen va a ser un espectáculo grotesco, pues solo están ahí para adular, ponerse de tapete, solapar el resentimiento, el capricho de su jefe y hacerle todas las maromas caravanas y reverencias que su pejestad exige.
Un Zócalo pletórico de acarreados gritando consignas y vivas, un sistema de transporte colectivo, como el metro, tapizado de propaganda para la marcha del presidente, senadores y diputados ya listos con su trapo para limpiar botas, sables, rifles y todo.
Eso es lo menos que vamos a ver, vamos a dejar que nos sorprendan que se exhiban solos en un evento que vamos a pagar con nuestros impuestos y no podemos hacer nada al respecto, vamos a patrocinar la rabieta ya llenar el ego dolido del tirano.
Por lo menos hay que disfrutar el espectáculo.
Hoy López, el futuro para México que quiere es el México del pasado, de Echeverría, su tocayo (López Portillo) y Bartlett. La marcha va a cumplir su objetivo , de generar la percepción de que todo está bien, que López mueve las masas y que es el salvador de México, en fin una representación de “El traje nuevo del Rey”.
Cuando llego a este punto digo: ¿Realmente López es quien manda? ¿O hay por ahí unos hombrecillos verdes (o azules o amarillos) moviendo los hilos de México?
Nunca hay que dejar pasar de largo la realidad, pero lo pero que podemos hacer es dar la espalda a la percepción.
Tiempo al tiempo.