¿Alguien se acuerda de la pandemia? Bueno, ese evento que revivió en pleno siglo XXI los recuerdos de 100 años atrás, parece prueba superada. Ni bien el mundo empezaba a disfrutar el termino de los confinamientos, el uso de cubrebocas, la reactivación de la economía y del turismo, Rusia sorprendió al mundo lanzando una guerra para invadir Ucrania, reviviendo los temores de las guerras mundiales que devastaron Europa en la primera mitad del siglo XX y amenazando con hacerla nuclear y global.
Sabíamos que no regresaríamos a la misma normalidad al final del Covid, pero pareciera que estamos entrando a una dimensión desconocida, a un agujero del tiempo que nos está llevando de regreso al pasado…
El mes entrante vendrá a Canadá el Papa Francisco a ofrecer disculpas a los pueblos indígenas por las décadas de abusos cometidos en las escuelas-residencia entre 1870 y 1990. Efectivamente, historias similares a las vividas en México en la era colonial del siglo XVI, ocurrían en tierras canadienses hasta finales del siglo XX. El gran detonador fue el hallazgo de muchas tumbas clandestinas en los alrededores de lo que habían sido las famosas escuelas-residencia, en donde los hijos de familias indígenas eran internados para “culturizarlos” y obligarlos a olvidar sus “salvajes creencias”; las cuales era patrocinadas por el gobierno y manejadas por la iglesia católica.
No le digan a AMLO que la cabeza de la Iglesia Católica vendrá a Canadá a hacer lo que él quiso conseguir de la corona española para México (pedir perdón por la conquista); quizá faltaron influencias o es solo que allá los hechos pasaron hace siglos. Cabe añadir que el gobierno por su parte ha tenido que ofrecer disculpas y se está gestionando una compensación económica para los sobrevivientes de esas escuelas; así como de asegurarse de que ese episodio de un pasado vergonzoso no se olvide; y se sanen las relaciones con los “primeras naciones” de este territorio.
Pero parece que esta extraña máquina del tiempo también opera en tierra azteca… el actual presidente se quedó atorado en la década de los 70’s, la era del todopoderoso viejo PRI e idealiza los movimientos de la izquierda revolucionaria al estilo cubano y venezolano.
Sin embargo, el peor viaje al pasado en México ocurre con la violencia fuera de control. A mí me ha parecido una vuelta al siglo XIX e incluso una nueva era de revolución y caudillos, un territorio sin ley, donde varios grupos armados luchan entre sí, donde no valen leyes ni corporaciones policiacas o militares en un ambiente parecido al descrito en la era de la Revolución y también en la era posterior a la Independencia.
Buscando más datos sobre el asunto encontré varios reportes de un periodista británico que ha investigado por muchos años el fenómeno en México. Ioan Grillo (autor de El Narco, editorial Urano) habla de una insurgencia criminal, una rebelión armada sin ideología que combate al Estado. En sus múltiples reportes periodísticos afirma que no es cuestión de seguridad pública, sino de seguridad nacional; explica las diferencias entre narcotráfico y crimen organizado, que abarca extorsión, secuestro, robo de petróleo, ajusticiamiento de periodistas y políticos.
En su análisis, considera que este fenómeno político y paramilitar estaría entrando a una tercera etapa donde hay una delincuencia organizada dirigida por caudillos del crimen (al mejor estilo revolucionario) que combaten al Estado; siendo una especie de insurgencia criminal sin ideología que crea poderes en la sombra.
Y Estados Unidos también tiene su máquina del tiempo, y sus efectos están sacudiendo a medio planeta. No solo por su tímida -que no discreta- participación pro Ucrania para debilitar a Rusia “de lejitos” (de vuelta a una guerra fría que se pone muy caliente), sino por las profundas divisiones políticas internas. Hace un par de días una noticia recorrió como pólvora todos los noticieros globales: la Suprema Corte de Justicia acaba de revocar las bases del derecho al aborto.
En 1973, una histórica decisión conocida como caso Roe vs Wade, concedió a todas las mujeres en Estados Unidos la posibilidad de terminar su embarazo como un derecho protegido por la constitución. A partir de ahí cada entidad fue ajustando los detalles sobre su aplicación. Para más de la mitad de los norteamericanos, revocar este derecho fue un brutal regreso al pasado, a un estado inquisitorio, al que podrían seguir otros cambios jurídicos que reviertan otras libertades y derechos civiles ganados tras siglos de luchas sociales. Muchos grupos lo ven como un oscurantismo religioso manipulando los hilos del poder.
Por no poner en la mesa el hecho de que el control de armas es un reto casi imposible, aun tras casos tan extremos de masacres de infantes como la ocurrida en Uvalde, Texas hace pocas semanas. Para los que veían en Estados Unidos el adalid de justicia, democracia y modernidad, malas noticias. Sus mujeres vuelven a la edad media y muchos quieren vivir como en el viejo oeste, cargando la fusca en el cinto.
Así las cosas, parece que el pasado está regresando a muchos pueblos a épocas que creían superadas, y poniendo distintos retos a cada gobierno para cumplir con las expectativas de sus votantes. Casi que empezamos a extrañar las épocas de estar todos guardaditos en casa, quejándonos del confinamiento y leyendo noticias solo sobre la pandemia.
Por supuesto que hay casos cuyos alcances tendrán resonancia fuera de las fronteras. Ejemplo, a horas de anunciado el fin del derecho al aborto en los Estados Unidos, muchas corporaciones multinacionales anunciaron en Estados Unidos que apoyarán a las empleadas que necesiten realizar un aborto para venir a Canadá y la empresa correría con esos gastos. Recordemos que el sistema de salud solo empieza a recuperarse de la crisis dejada por el Covid, por lo que muchos médicos y enfermeras cayeron enfermos o de plano han dejado sus empleos.
Bien dicen que el pueblo que olvida los errores del pasado tiende a repetirlos. Veamos cómo se perfila esta nueva aldea global que vive a destiempos.