Desde la otra fronteraMirador

La ley del más fuerte

Un mes y cuatro días han pasado desde que el presidente Donald Trump inició su segundo mandato y tiene al planeta entero de cabeza. Las relaciones entre Canadá y los Estados Unidos se han alterado seriamente; el mismo primer ministro saliente, Justin Trudeau, ha dicho que los amenazas de convertir al país en el estado #51 de la Unión Americana son reales.

Similares amenazas le ha hecho a Groenlandia y Panamá (su canal al menos), y ahora la Franja de Gaza -dice Trump-sería un desarrollo turístico administrado por USA, la “Riviera del Medio Oriente”; mientras que Trump estaría firmando un acuerdo de libre comercio con la India, ellos le proveerían de petróleo y le venderían armas y equipos militares. El gran villano del planeta, Rusia, ahora estaría por ser el nuevo aliado de los Estados Unidos…

Con lo cual el futuro de la OTAN está seriamente comprometido, no más pacto del Atlántico Norte, al menos no cuenten con los gringos, quizá solo Canadá (si no nos anexan) uniría sus fuerzas a las naciones europeas para defender a Ucrania, pues el presidente Trump estaría tiene planes comerciales repartiendo territorios que no le pertenecen y sacando serios beneficios económicos.

Cada semana han venido desfilando por la Casa Blanca uno a uno los principales líderes mundiales, buscando el favor del nuevo “emperador”.

Los 13 premieres de las provincias y territorios canadienses fueron a la Casa Blanca, esperando entrevistarse con el mandatario gringo, pero solo fueron recibidos por el jefe del staff de Trump. Logrando solo poner de manifiesto el casi vacío de poder en que se encuentra Canadá a nivel federal.

Así con un golpe de su pluma, Trump estaría desmembrando el recién creado grupo antagónico a la OTAN, el BRICS: cuyos principales miembros son Brasil, Rusia, India y China. 

Rusia se había unido al BRICS buscando formas de dar la vuelta a las sanciones económicas de los Estados Unidos y derrocar al “poderoso dólar”. Trump ha ofrecido a Putin (al menos) reducir esas sanciones a cambio de llegar a un acuerdo de paz para terminar con la guerra con Ucrania, quedándose con parte de su territorio, pero dejando para los americanos y sus nuevos socios millonarios la riqueza mineral de Ucrania.

Viendo esto, muchos líderes europeos se han dado cuenta de que la alianza con USA está rota y en el mejor de los casos ellos estarían sin la protección gringa en caso de una confrontación militar contra Rusia. Francia y la Gran Bretaña han advertido que están listos para mandar tropas a defender a Ucrania.

Mientras tanto en México, difícilmente se perciben estos cambios… en Canadá no se ha oído que Trump quiera apoderarse de la tierra azteca, quizá solo de las riquezas petroleras del subsuelo del Golfo de México (ahora Golfo de América). 

El gobierno de Trump ya había advertido que buscaría denominar legalmente (ante la ley de USA) a los cárteles de la droga como grupos terroristas. Esto no con un fin meramente semántico, sino para tener luz verde para mandar ataques militares contra dichos grupos dentro de territorio mexicano.

¿Qué esta haciendo el gobierno de México? Primero bromear con el tema del Golfo, luego cambiar la constitución mexicana enfatizando la protección a la soberanía nacional…

Como enumeré al principio de esta columna, a Trump no lo limitan ni las leyes de su país, cuanto menos las leyes locales o las leyes internacionales. Baste recordar que, en apoyo al gobierno israelita de Benjamín Netanyahu, Trump ha impuesto sanciones económicas y congelamiento de bienes contra los miembros de la Corte Criminal Internacional, en venganza por haber designado al semita como criminal de guerra.

La misma lógica aplica a las convenciones legales como el T-Mec, ante los muy prometidos aranceles contra México y Canadá, por ahora sobre acero, aluminio y automóviles. Al inquilino de la Casa Blanca no lo limitan las leyes de ninguna nación.

Varios reportes noticiosos indican la presencia de aviones de vigilancia e inteligencia militar gringa cerca de Sinaloa, al igual que un portaviones en el pacifico frente a territorio mexicano.

Yo me pregunto, en caso de que realmente inicien acciones militares contra el narco, ¿contra quién pelearía el ejército mexicano? Porque, de un lado, hay un grupo criminal nacional, y del otro, militares extranjeros en territorio azteca.

O, como algunos suponen, todo se trata de vanas amenazas para presionar a otras naciones para doblegarse a sus caprichos económicos. Solo el futuro lo dirá. En pocos días, ahora sí, entrarían en efecto los aranceles contra México y Canadá y empezaremos a ver el alcance de las amenazas de la Casa Blanca.

El mundo que se había acostumbrado al “big brother”, el hermano mayor que todo lo vigila, que nos protege de los malos del otro lado del mundo, de los terroristas de barba y turbante y que compra todo lo que le podemos vender, ahora se convierte en una amenaza económica y militar para sus vecinos y para muchas naciones; haciendo del mundo una selva donde domina la ley del más fuerte.

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