La Auditoría Superior de la Federación recomendó a la Secretaría de Desarrollo Social “que corrija, modifique o suspenda, total o parcialmente” la Cruzada Nacional Contra el Hambre porque al año 2017 “no logró cumplir con su objetivo social”.
La estrategia -que fue el buque insignia de la política social durante el sexenio de Enrique Peña Nieto- presentó diversos flancos débiles que fueron desnudados en el Informe Individual del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2017.
A lo largo de cinco años, la Cruzada “no articuló los esfuerzos de los tres ámbitos de gobierno, y de los sectores público y privado, ni la inclusión social; no propició la superación del problema de la prevalencia de población en condición de pobreza extrema alimentaria”, sentencian las conclusiones de la ASF.
La CNCH se puso como objetivo lograr “Cero hambre a partir de una alimentación y nutrición adecuada de las personas en pobreza multidimensional extrema y carencia de acceso a la alimentación”.
Sin embargo, la ASF revela que las deficiencias de diseño y operación hicieron que “la SEDESOL no dispuso de mecanismos para verificar el avance en el cumplimiento del objetivo de la CNCH a 2018”.
El presupuesto se gastó sin medir cómo incidió en la erradicación de la pobreza alimentaria extrema. La Cruzada “lanzó flechas” sin ver si acaso se acercó al blanco.