Por Edmundo Crespo Ruiz
- El mandamás de Movimiento Ciudadano apuesta a controlar el Congreso federal con sus 7 senadores y los diputados que obtenga este domingo.
«La Coalición Va por México es la oposición que querías y necesitabas. Una oposición construida por los partidos que la gente alejó del poder. Una oposición por la que los mexicanos conscientes no van a votar. Una oposición con la que pretendes seguir siendo amo y señor del Congreso», Dante Delgado Rannauro, 28 de febrero de 2020, Carta a AMLO.
No tengo la fortuna de conocerlo en persona, pero siempre he pensado que es un excelente estratega político, me refiero al veracruzano Dante Delgado Rannauro, líder moral y mandamás de Movimiento Ciudadano.
Después de ser gobernador interino de Veracruz, de 1988 a 1992, tras la licencia de Fernando Guitiérrez Barrios para irse al gabinete de Carlos Salinas de Gortari y ser encarcelado en 1994 acusado de un desvío de 450 millones de pesos durante su gubernatura, permaneció 15 meses en prisión. Renunció al PRI en 1995.
Un año después fundó la asociación política que en 1999 daría vida a Convergencia Democrática. En el 2000 fue su primera elección, participó en coalición con otros partidos apoyando a Cuauhtémoc Cárdenas, en el 2006 apoyó a Andrés Manuel López Obrador, en el 2011 cambio de nombre a Movimiento Ciudadano y el siguiente año volvió a apoyar al tabasqueño; para el 2018 postuló, junto con el PAN y el PRD, al panista Ricardo Anaya.
El año pasado su partido estuvo en las primeras negociaciones para construirse una alianza opositora con el objetivo de quitarle la mayoría absoluta (50% más uno, 251 diputados) a Morena en la Cámara de Diputados o, por lo menos, la constitucional al sumar las curules de sus aliados (dos terceras partes, 334 legisladores).
En esta primera mitad del gobierno de AMLO, Morena tuvo ambas burlándose de la legislación electoral, lo que se conoce como «fraude a la ley», tan es así que el Instituto Nacional Electoral (INE) puso reglas en este proceso para evitar que Morena, o cualquier otro partido, vuelva a hacer lo mismo.
Pero en septiembre del año pasado optó por ir solo. Me sentí decepcionado ya que, en mi lógica de espectador, veía cómo muchos distritos que podían ser ganados por la alianza opositora de los cuatro (si se repetía la votación de 2018) volvían a ser ganados por la alianza morenista. Y ante esto pensé: Dante le está haciendo el trabajo sucio a su «excandidato» López Obrador.
En febrero de este año, ya montado en la precampaña electoral, calificó a la alianza Va por México como «una oposición construida por los partidos que la gente alejó del poder. Una oposición por la que los mexicanos conscientes no van a votar».
Desde aquel lejano septiembre, han pasado muchas cosas que hacen que hoy sea muy posible que la votación del próximo domingo 6 de junio sea muy diferente a la que se esperaba en aquel entonces: una aplanadora morenista que consolidaría la mayoría calificada de los partidos afines a AMLO y que ganaría prácticamente todas las gubernaturas (salvo Querétaro).
Hoy existe una posibilidad real de que Morena por sí solo no alcance los 251 diputados para la mayoría absoluta, lo que le quitaría el control de muchos órganos de dirección de la Cámara de Diputados, y la mayoría calificada junto con sus aliados se ve como algo muy poco probable de alcanzar.
Ante este escenario todo apunta a que va a haber dos grandes bloques: por un lado, el que tiene «lealtad ciega» a AMLO; por otro, el bloque antiamlo (PAN-PRI-PRD), en medio quedaría la pequeña fracción de MC. En el bloque amlista agrupo a los que consigan el registro de los tres nacientes partidos (PES, RSP y FxM).
Aunque hace un año lucía casi imposible, parece que el bloque leal a AMLO perderá por lo menos la mayoría constitucional y en este escenario le pueden ser útiles los diputados de MC para cambiar la Constitución, sin necesidad de modificarle nada.
Menos probable, pero factible, es que ninguno de los dos bloques mayores obtengan los 251 diputados anhelados y en esa situación Dante y sus legisladores marcarán la agenda de los cambios en las leyes, ellos decidirán qué se aprueba y qué se rechaza.
Lo más importante: su partido tendría los votos que necesite Morena para aprobar el presupuesto en los siguientes tres años, podría (y seguramente lo hará) conseguir el apoyo a las leyes que ellos quieren sacar adelante.
Ante este escenario el domingo que tenga en frente la boleta puede optar por tres opciones: darle todo el poder a AMLO, ponerle un contrapeso real, o dejar su decisión en manos de Dante Delgado.
No es mala opción sacarle la vuelta al compromiso de tomar partido a favor o en contra del Presidente, soólo que lo ideal sería que supiera con claridad cuáles son los temas que MC apoyaría, si no los conoce piense dos veces antes de darle su voto, no vaya a tener mañana una desagradable sorpresa.
Gracias por dedicar unos minutos a leer este artículo, ya faltan pocos días para poner nuestro granito de arena para construir el país que queremos, dedique tiempo a razonar su voto y de ser posible intercambie opiniones con sus amigos y familiares, eso enriquecerá su decisión. Tómese el tiempo de ir a votar el domingo 6 de junio y váyase preparado con una buena dosis de paciencia, la pandemia va a hacer más lento el proceso de votación.
¡Hasta la próxima!