* Los frentes políticos se le acumulan a López Obrador, quien no parece tener más recurso que hablar
El Blacamán de Tepetitán (un Fouché Región IV) trató el lunes de desviar el discurso para que no se hablé de la nonata refinería donde lo único activo son los compadres de Rocío Nahle.
También fue un chistorete para evitar preguntas sobre el saldo de 183 homicidios el fin de semana, sobre si Alito sería otro perseguido político como Ricardo Anaya o Rosario Robles.
Por eso se fue con Julián Assange, un personaje para despotricar contra EU sin peligro de que se lo vayan a enviar a Palacio Nacional, pero es claro que le está mentando la madre al brujo.
Fue un golpe artero en pleno 4 de Julio, un nuevo frente que se va a hinchar, aunque hoy aleje la discusión de los fracasos de Cuatrote que, ya son tantos, que ninguna cortina de humo puede cubrirlos.
Con un sahumerio de falsa indignación que compran sus delirantes, dijo que Estados Unidos no simboliza ya la Libertad y deberían desmontar la estatua que desde 1886 saludó a quienes llegaban a la Isla Ellis.
Candidato eterno, no mide el peso creciente de sus gansadas y olvida que hay reacciones que lejos de extinguirse crecen especialmente cuando persisten los motivos.
Insultar a EUA en uno de sus símbolos sagrados alegando “Free Assange”, no debilitará las investigaciones de legisladores estadunidenses sobre su primogénito y su narcogobierno.
Con un semblante agotado, sigue empecinado en hacer del País lo que le venga en gana y no asume que ya ni en México puede asustar con el petate del muerto, mucho menos a congresistas en campaña.
Solo lo sostiene una popularidad grande, pero más estilo “Pajarito” Moreno que de estadista, porque de acuerdo a las encuestas, la aceptación es simpatía, identificación, lastima quizá, pero no la transfiere a su gobierno.
La última encuesta de El Financiero le da un 57 por ciento de aprobación, pero quienes opinan que el fomento de la economía, el combate a la inseguridad o la corrupción, van muy mal, son mayoría.
Significa que en opinión del “pueblo raso”, hay más amor, dogma de fe, que crédito a su gobierno y menos para su política de abrazos, porque la mayoría percibe que la inseguridad aumenta.
En cuanto la refinería, las críticas no cesaron el lunes ni entre los memes sobre a Estatua de la Libertad y la gente liga este fracaso a la inseguridad, al AIFA, al Insabi, al Banco del Bienestar.
Viejos contrincantes han endurecido críticas, como Roberto Madrazo Pintado, quien tuiteó que Deer Park había costado 800 millones de dólares y tiene capacidad igual que Dos Bocas que costará 20 veces más.
Aunque eventualmente la refinería que acabó con los manglares en Paraíso, Tabasco, llegara a producir combustibles algún día, ya es un fósil carísimo, otro mamut del obradorismo.
Dos Bocas ya se enlista en las obras fracasadas de López Obrador, como Insabi, Santa Lucía, el Banco del Bienestar, la política exterior, la crisis humanitaria en la migración centroamericana
Tampoco son éxitos el manejo de la pandemia, vacunación, educación, o la economía que parece próxima a reventar ante el incremento de los intereses que disparan la deuda pública.
Con gran capacidad para la diatriba, López carece de visión de largo plazo y mientras los socios del TMEC ya lo traen en jabón, golpear a la institución mejor aprobada del país, la Iglesia Católica, se va a hinchar.
La Iglesia que ha sido respetuosa a pesar del soez discurso presidencial, ya prepara muestras de rechazo al obradorismo, y se estima que habrá marchas por la paz en todo el país.
Las automotrices estadounidenses, muy golpeadas, primero por la pandemia y ahora por el precio de la gasolina, quieren tomar al México como el peje de la feria y exorcizar el malestar de sus sindicatos.
Y otro lío, que apenas se vislumbra, es el avión iraní que en Argentina le encontraron armas y, hay quien jura que también dinero, y ahora se sabe que aterrizó con venezolanos muchas veces en Santa Lucía.
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