A veces quisiéramos evadir el tema, o pensar que no dará para más y quisiéramos hablar simplemente de otra cosa, pero cuando cerca de las costas de Campeche hallaron dos buque-tanques, llenos de huachicol en flagrancia.
Un sistema de tomas clandestinas en las entrañas de la Ciudad de México, en la alcaldía de Azcapozalco, otro ducto vulnerado y los ecos de los 120 muertos en Hidalgo, no se dejan de escuchar.
Huachicol & Co, está en toda la cadena productiva de Pemex, desde la producción, la exploración, la distribución y el consumo de hidrocarburos y, como pudimos ver, en las entrañas de la propia CDMX.
Nos podemos dar una idea de las utilidades y el crecimiento de “H&Co”, pues de acuerdo con cifras de la paraestatal, la balanza comercial de Pemex cerró 2018 con un déficit de 3 mil 383 millones de dólares. En 2014, esta balanza registraba un superávit de 12 mil 787 mdd.
Nuestra compañía “ficticia”, sobrevivió y creció durante el Peñato y a dos meses de la llamada cuarta transformación que, dicho sea de paso, no ha visto la suya en lo que lleva de vida.
Y lo más increíble es que el presidente López, salió a decir que la guerra contra el crimen organizado “ha terminado”.
Eso es un guiño para los capos del huachicol, que tampoco irán por ellos, la prioridad será cuidar la seguridad de los ciudadanos ¿O sea cómo? , hasta aquí por el momento lo más importante en Huachicol &Co.
Sin embargo, el tema sigue siendo Pemex, primero recibe por parte de la calificadora Finch Raitings, una baja calificación por la “generación negativa persistente de los flujos de fondo libre, combinado con una subinversión en exploración y producción, así como una subestimación del déficit de flujo de efectivo estimada entre 12 mil y 17 mil millones de pesos por año para 2018 y 2019”.
Y si a esto le agregamos la polémica de la adquisición de pipas sin licitación y la última, la Refinería de Dos Bocas será adjudicada ¡sin licitación! Para evitar actos de corrupción, el chiste se cuenta solo.
Para colmo, lo interesante está en el asunto de que una de las banderas de campaña de AMLO, la refinería de Dos Bocas, esa que el Instituto Mexicano del Petróleo dice que es inviable técnica y financieramente de la forma que los ingenieros de la cuarta la plantearon.
El estudio de la prestigiada institución incluye el tema de costo beneficio, además de que el precio de su construcción se elevaría prácticamente al doble, pues se proyectaba una inversión de 8 mil mdd y el estudió calcula un mínimo real de 14 mil 740 mdd.
Entre otros aspectos técnicos el estudio concluye que para el proyecto de López solo sería viable si se invierten 14 mil mdd y trasladarlo a Tula, Hidalgo.
A AMLO, no le gusta esto.
Y como de esas causalidades de la vida, una vez que el director del IMP, Ernesto Ríos Patrón, presentó el proyecto, fue relevado de su cargo.
Ahora, será Marco Antonio Osorio Bonilla, egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y candidato a maestro en Ingeniería Química, por la Facultad de Química de la UNAM. Además, diplomados por la UNAM y en el Colegio Universitario México, además de ser parte del Consejo de Dirección de la compañía internacional HTRI (Heat Transfer Research Institute), quien quedará al frente del IMP.
Será él quien entregue un estudio que le guste al líder de la cuarta transformación, ¡Me canso Ganso!
Esto me recuerda un poco de la historia de nuestro país, al buen General, don Porfirio Díaz, quien asumió la presidencia de México oponiéndose a la reelección y a la concentración de poderes en una sola persona y ya sabemos lo que sucedió. Su poder creció tanto, que una vez el viejo General preguntó «¿Qué hora es?» y su edecán en posición de firmes le respondió: «La que usted ordene, señor Presidente».
No sé, sólo me acordé.
Tiempo al tiempo.
@hecguerrero