Chicago, IL.– Apenas habían pasado unas horas después del primer debate presidencial en México, cuando la Fiscalía de Jalisco informó que Javier Salomón Aceves Gastélum, de 25 años, Jesús Daniel Díaz y Marco Ávalos, ambos de 20 años, habían sido asesinados y disueltos en ácido.
La noticia le dio la vuelta al mundo en cuestión de minutos, sobre todo ante la barbarie utilizada contra los tres estudiantes de cinematografía confundidos por sicarios con miembros de un cártel rival.
La noticia me provocó un profundo asco, porque denota el increíble nivel de descomposición de los grupos criminales, que operan libremente bajo la complicidad de las autoridades, rebasadas totalmente por la delincuencia organizada.
Bajo este contexto traigo a colación una entrevista realizada por el periódico español El País al intérprete de “Club de cuervos”, Luis Gerardo Méndez, quien dijo estar conmocionado por esta tragedia y la advertencia que lanza a los aspirantes presidenciales.
El actor nacido en Aguascalientes en 1982 dice que cuando se enteró del triste destino de los tres estudiantes de Guadalajara, sintió el mismo dolor que experimentó con la desaparición de los 43 alumnos normalistas de Ayotzinapa.
“Todos estamos hasta la madre. Mi sensación es que la compasión se fue de vacaciones en México», asegura.
Y sobre el debate presidencial previo a la infame noticia, dice: “Los candidatos no entienden que los jóvenes vamos a decidir las elecciones en México. No nos están hablando a nosotros y eso es muy importante”.
Agregó: “Me interesa entender cuáles son las propuestas de los candidatos y qué están dispuestos a hacer y en eso los siento tibios y no me gusta. Creo que mucha gente en este país piensa como yo en este sentido”.
Estas observaciones del histrión son trascendentales por su veracidad. Luis Gerardo Méndez acierta cuando advierte que ninguno de los aspirantes presidenciales está hablando directamente al sector más importante del electorado mexicano, cuyo impulso y promoción son fundamentales para el futuro de México, que como bien dice el actor, está “hasta la madre” de la impunidad y la corrupción.