“Hacer lo correcto y alimentar a todos” es el grito de guerra de Sonny Perdue para impulsar la renovación de la legislación estadounidense que regula la política de subsidios a los productores agrícolas: “The Farm Bill 2018”.
Esta Ley se originó tras las Gran Recesión de 1929 y se ha venido renovando en periodos de cinco años hasta la fecha.
La legislación anterior fue aprobada y puesta en marcha en 2014, durante el mandato de Barack Obama.
En aquel entonces se planteó un escenario de gasto de $956 mil millones de dólares para un periodo de 10 años.
En la revisión de la Ley que está teniendo lugar este año, el horizonte presupuestal para el periodo 2018-2028 es de $867 mil millones de dólares.
Es decir, la administración de Donald Trump plantea recortar, 90 mil millones de dólares a los diferentes rubros de este fondo. El principal recorte se daría en los programas nutricionales.
El 77% del gasto se asignaría a los “programas nutricionales” o vales de comida para personas que requieran apoyo para comprar alimento, previo a un estudio socio económico.
El 23% restante se divide en aseguramiento de cosechas, programas de “comodities” y programas de conservación y un monto del 0.2% a investigación y desarrollo.
A pesar del recorte, los subsidios capitalistas resultan descomunales. El “Farm Bill 2018” representará aproximadamente 1 billón 720 mil millones de pesos anuales si se mantiene estable el tipo de cambio a $20 pesos.
En la casa del Tío Sam gastan a lo grande en su sector agrícola.