Las muchas verdadesMirador

El Puenteo

Son buenos tiempos para amar al futbol. Hasta para los políticos. A nivel internacional los llamados clubes-estado, se han convertido en los equipos más espectaculares y poderosos del planeta, amparados en el respaldo económico ilimitado que han encontrado en gobiernos como –por ejemplo- los Emiratos Árabes Unidos que maneja al Manchester City o Qatar que maneja al París Saint Germain a través del Jeque, Nasser Al-Khelaifi. 

Mientras los de pantalón largo, se pelean por ver si los fichajes inflados afectan o benefician al espectáculo, los aficionados promedio como usted y yo, podemos pasar agradables domingos viendo jugar a Messi, Neymar y Mbappé o al formidable City de Pep Guardiola. 

Este juego entre poderosos, se trata de ver quién logra reunir a la plantilla y cuerpo técnico más impresionante con el único objetivo de que su equipo sea llamado el mejor del mundo y ese mote, solo puede obtenerse de una forma: ganando la Champions League. 

En México, los gobiernos utilizan de otra manera a los clubes de futbol. Para ganar simpatías del electorado. 

En últimos tiempos, no hay candidato que no aparezca portando orgulloso la playera del equipo de la ciudad, o de uno de ellos cuando hay varios. Como en el caso de Samuel García y su esposa Mariana Rodríguez a quienes se les ve constantemente con las playeras de Tigres y Rayados. Su rivalidad deportiva intramatrimonial les permite abarcar la simpatía de toda la sociedad regiomontana dividida en ambas aficiones. 

Es sabida la afición del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro por las Chivas Rayadas y en muchas ocasiones ha ganado puntos con la afición, por ejemplo, por ser el primer gobierno en permitir el regreso de la afición a las gradas durante la pandemia, hecho que le valió también muchas críticas. 

Ahora, tocó el turno al gobernador electo de Querétaro, Mauricio Kuri de ponerse la camiseta de Gallos Blancos, aunque es bien sabida su predilección por las águilas del América. Lo extraño es que lo hizo durante la presentación del ‘arquero de Cristo’ como nuevo Director Deportivo de los Gallos Blancos. 

Obviamente la sorpresa no fue que Kuri se pusiera la camiseta, sino que los Gallos le hayan ganado a Adolfo, quien participó activamente en la campaña del PAN y que era casi un hecho que llegara a la dirección del Instituto del Deporte y Recreación del Estado de Querétaro (Indereq). Para Adolfo Ríos, me imagino, será mucho mejor partida la de volver al profesionalismo, por segunda ocasión como directivo del equipo. Es su hábitat. 

Mientras se pongan la camiseta y haya un respaldo entre el gobierno y los empresarios para la permanencia del equipo, tal y como lo aseguró Mauricio Kuri a quien le corresponde dar certeza del Centro Gallo de Alto Rendimiento y por supuesto del Estadio Corregidora, todo está en orden. 

Sin embargo, en Querétaro ya hemos sido testigos de cuando la relación entre gobierno y equipo rebasa los límites del apoyo y se va al ámbito financiero. 

Fue en la fatídica temporada 2006-2007, cuando unos Gallos Blancos de capa caída atravesaba penas deportivas y financieras con la administración de un Patronato de empresarios que fungía como dueño del equipo. No era más que un intento organizado por el gobierno estatal de Francisco Garrido, para evitar que se llevaran la franquicia a otro estado. 

Sin embargo, lo que mal empieza, mal acaba. Pues por aquellos entonces, la Federación Mexicana de Fútbol, exigió a los equipos el pago de una famosa ‘fianza’ para garantizar su permanencia en la primera división, tras los hechos ocurridos en 2004, donde desaparecieron a dos equipos -uno de ellos fueron los gallos blancos de Querétaro- por no poder comprobar sus recursos.  

Por supuesto, el recién formado Patronato que dirigía al equipo no contaba con los 5 millones de dólares que pedía la FMF como fianza. 

Ahí entró el ‘apoyo decidido’ de la administración de Francisco Garrido, que no dudó en “puentear” recursos federales para salvar –temporalmente- el pellejo al equipo. 

El entonces Oficial Mayor del Gobierno Estatal, Luis Miguel Sánchez Canterbury reconoció que fueron destinados 63 millones de pesos para que el equipo pudiera permanecer en Primera División, los cuales serían pagados en un plazo de dos años por el Patronato, teniendo como garantía varios inmuebles. 

El acuerdo que debe versar en alguna edición del periódico oficial, fue firmado por el Gobierno del Estado, Legisladores Locales y el Patronato de Gallos Blancos. 

Inclusive, Ricardo Anaya quien fue el Secretario Particular de Garrido Patrón en ese entonces, ha tenido que aclarar que todo el asunto del “puenteo” de recursos se hizo apegado a la Ley a pesar de las notas u observaciones que derivaron del asunto en la Entidad Superior de Fiscalización. 

En aquel entonces, la afición aplaudió las acciones para mantener al equipo, el estadio se vestía de azul, aunque su pintura ha cambiado de rojo a azul y de azul a rojo dependiendo del momento político como lo señala el profe, Gabriel Corral en varios análisis que ha hecho del uso político del equipo en la Universidad Autónoma de Querétaro. 

Lastimosamente, todo el esfuerzo político y el rescate financiero, no pudo verse reflejado en la cancha, donde los queretanos perderían la categoría al final de la temporada por dos dolorosas razones: la primera, caer ante el que se convertiría en uno de los rivales más odiados a partir de ese momento, el atlas de Guadalajara y la segunda, no cumplir con la regla de poner a jugar durante 765 minutos a elementos menores de 20 años, lo que le restó 3 puntos y bajó su cociente porcentual. Nada salvó a aquellos Gallos Blancos, ni a aquella administración. 

Ojalá que el actual equipo y el actual gobierno, escriban historias diferentes. 

Pierden legislatura las mujeres. 

A 5 días de que tomen protesta, seguimos cambiando de diputados electos. Ahora Ricardo Astudillo, el eterno representante del Partido Verde, aplicó la ‘juanjosesinha’ y recibió favorablemente el resultado de su litigio con el que entrará como diputado plurinominal con lo que le quita el lugar a Wendy Barrera.

El cambio no solo modifica la representación del Verde en la próxima legislatura, sino que también la composición por género de la cámara, donde las mujeres acaban de perder la mayoría con el despojo de Wendy Barrera y se quedarán con 12 curules, mientras que los varones con Astudillo serán 13.  ¿Ya? Así nos quedamos o va a haber más cambios.

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