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“El destapador” y “La corcholata”

Estamos prácticamente a la mitad del sexenio y el presidente López, en una más de sus argucias, da el banderazo para la sucesión presidencial en 2024.

Es algo que se venía venir, pues en propias palabras del mandatario, nada se hace en el país si no lo autoriza el presidente, quien una vez más demuestra que una de sus habilidades personales es (aparte de ser predecible), es ser muy rotundo en lo que quiere y en cómo lo quiere.

En tanto, sus detractores se cortan las venas, hacen memes y lo califican de vivir fuera de la realidad, de ser loco, necio y que no sabe ni lo que hace y todo el discurso, también predecible, de nuestra “brillante” oposición.

Para muestra de lo anterior, la “ocurrencia”, como en los tiempos rebosantes del priismo, del que formaba parte, el presidente López está ya manejando los hilos para su propia sucesión.

Y para quien no lo quiera ver o no lo quiera entender, López es el priista por excelencia y por ello recurre a estas viejas prácticas que habían ya quedado en el pasado, perfectamente incluidas en su cuento revolucionario y transformador.

Vámonos tiempo atrás, en las reglas de oro no escritas del priismo el destape es una larga tradición de nuestro México que estuvo vigente por 7 décadas.

Este tipo de acciones las conocíamos como “destape”, cuando los presidentes priistas a un año de terminar su sexenio elegían a su sucesor.

Como anécdota que recordarán nuestros abuelos está aquella de cuando, allá por mediados del siglo pasado, el entonces presidente, Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958), eligió como su sucesor a Adolfo López Mateos.

¿Cómo lo hizo? a través de una campaña publicitaria para una marca de cigarros. “El tapado fuma Elegantes”, decía el texto que acompañaba la viñeta ilustrada con un hombre en traje con la cabeza cubierta con una sábana. Ahí nació la imagen de “el tapado”. Como se puede ver, López es fiel seguidor y amante de los mitos y las formas del PRI.

Hoy, a los 31 meses de un gobierno comienza el ritual priista, ahora disfrazado de Morena, López se autonombra “el destapador”, para abrir de manera anticipada su propia sucesión presidencial y, desde su púlpito ver a sus lacayos como cuervos y loros, arrancándose el plumaje.

“Todos tienen posibilidad (para aspirar a la Presidencia). Ahora sí que ya no hay tapados, yo soy el destapador y mi corcholata favorita va a ser la del pueblo, esa es la regla. La gente va a decidir”, dijo durante su homilía.

Y pues los “progresistas liberales” que menciona López se encuentran Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle y Ricardo Monreal (a quién se le “olvidó”, voluntariamente, decir su nombre).

Aunque todos sabemos que sus corcholatas favoritas son la jefa de gobierno y el actual canciller, los demás son fauna de acompañamiento.

Pero si me apuran, de esos dos finalistas, el presidente tiene más que decidido que “La Corcholata” (no confundir con Carmen Salinas), preferida, es su títere más fiel: Claudia Shienbaum

Así que de nuevo la maquinaria priista, ahora vestida de color vino, está en marcha, encabezada por López, quien controlará todo el proceso de principio a fin, pues él está autoinvestido con la voluntad del pueblo.

¿Y qué va a suceder? Pues una vez que “La Corcholata” llegue a la silla, ésta siempre quedará en deuda con su destapador, tal y como sucedía en el PRI.

Pero si de ponerse a mano se trata, fuentes muy confiables aseguran que las encuestas internas del PRD para decidir el candidato presidencial en 2012 las ganó Marcelo Ebrard y no López Obrador, pero que el primero sabía que AMLO no las iba a aceptar y se lanzaría por otro partido, y prefirió dejarle la candidatura, a cambio de conservar el control de su sucesión en la Ciudad de México. ¿Cómo ven?

Pero vamos a suponer que todas sus corcholatas le salen mal, se queman no repuntan y este ejercicio de rescatar las viejas prácticas priistas no le funciona y le sale el tiro por la culata.

Pues no le preocupa mucho, pues cuenta con una oposición tan a modo, tan pusilánime que, cuando venga la revocación de mandato, no van a meter ni las manos, por lo que en un acto patriótico y de sacrificio, López tendrá que modificar la constitución para reelegirse por el bien de sus mascotitas.

La oposición no entiende que su discurso no debe ser, no debe girar en torno a lo que hace o deje de hacer el presidente como lo ha hecho hasta hoy, pues López avienta la pelotita y la oposición va frenéticamente por ella y la devuelve con una sonrisa, esperando a que la vuelva a lanzar.

Volviendo al anecdotario y en especial a la designación de López Mateos, Ruiz Cortines engañó a todos con la verdad.

El entonces presidente en aquellos tiempos, siempre dejó entrever que Gilberto Flores Muñoz, apodado “El Pollo”, entonces secretario de Agricultura y Ganadería era su candidato; sin embargo, lo hizo para mantener protegido al que era, efectivamente, su candidato para sucederlo, don Adolfo López Mateos.

Finalmente, Flores Muñoz sería brutalmente asesinado a machetazos junto con su esposa en su domicilio, ya en tiempos de José López Portillo.

El maestro del engaño y la mentira ¿En verdad nos está diciendo que el candidato de su partido será “La Corcholata”?

Sea una o la otra o el otro, lo cierto es que los tiburones ya empezaron a oler sangre.

Dios nos libre que el tapado del compañero presidente sea Fernández Noroña.

López ¿Nos está engañando con la verdad, como decía Lope de Vega?

Tiempo al tiempo.

@hecguerrero

Héctor Guerrero

Periodista. Director en @politicamx @TiempoReal_mx y @losfuertes.mx Adicto a la información. Apasionado y en línea con los deportes y la política. México

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