Como lo mencionamos en este espacio, ya no sabemos si preocuparnos porque el candidato no cumpla sus promesas de campaña… o de verdad las cumpla.
La Refinería de Dos Bocas va y, a la cuarta transformación le urge erigir su primer símbolo para el nuevo régimen.
El tema de la construcción de refinerías, ha sido un debate en los últimos años, al grado que el tiempo que llevan debatiendo ya hubieran construido una o dos refinerías para el país.
Los hechos sobre la mesa, la licitación fue restringida, convocada por Pemex, a la cual acudieron, de acuerdo con el gobierno federal, las mejores constructoras de Refinerías del mundo.
“Las constructoras extranjeras demostraron tener una amplia experiencia en la ejecución de refinerías, así como cuentan con capacidad técnica y económica, calidad con antecedentes y prácticas de operación transparentes y con códigos de ética y responsabilidad comprobados”, palabras de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle.
Hoy el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, declara desierta la licitación debido a «incumplimiento a las bases» por parte de las empresas invitadas (consorcio Bechtel-Techint, consorcio Worley Parsons-Jacobs, y empresas Technip y KBR), pues postularon un costo superior a 8 mil millones de dólares y también el tiempo de construcción de tres años a seis.
Lo que hace pensar que las cuatro empresas anteriores expertas, no pudieron o no quisieron o no las dejaron participar en el proyecto.
La refinería de Dos Bocas, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), necesita de una inversión estimada de 160 mil millones de pesos.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) creó un modelo financiero de la refinería, el cual sometió a una simulación de Montecarlo para estudiar 30 mil escenarios.
La simulación de Montecarlo es como cuando Dr. Strange le dijo a Iron Man que en 14 millones de futuros solo en uno saldrían triunfadores.
Esta operación económica arrojó que la inversión para la refinería de Dos Bocas en Tabasco, solo tiene una probabilidad de 2 por ciento de éxito, genera más costos que beneficios y destruye, así con un chasquido, el valor para Pemex.
Aquí el asunto es que en este multiverso, no hay vengadores, pero parece haber alguien que, con tronar los dedos, puede decidir sobre el futuro de millones, de un lago que no existe y de un cerro que no vieron. De ese tamaño es la paja.
Y no me refiero a las pajas mentales, sino a las que hay en el ojo, propio, pues el precio de la obra se duplica y se necesitan más de 6 años y medio para su construcción.
Sin embargo el presidente dijo que la obra estará a cargo del estado, con trabajadores mexicanos y serán Pemex y SENER, quienes encabecen el proyecto.
“Vamos a que nos cueste 160 mil millones de pesos, en tres años, no más para que salga en tiempo y con este presupuesto… necesitamos hacerla nosotros de manera directa, con el apoyo de los técnicos y los trabajadores mexicanos, vamos a darle contenido nacional a esta obra, la encargada del proyecto, la responsable va a ser Rocío Nahle, se va a tener como sede, se va a operar desde Villahermosa Tabasco”.
Pues así con la facilidad de un chasquido el presidente dijo que la construcción de la obra iniciará formalmente el 2 de junio próximo, gracias a que el Gobierno federal ya cuenta con 50 mil millones de pesos para destinarlos a la construcción de la nueva refinería.
Y pues con la carcajada del “me canso ganso” y la risa de sus seguidores, un 2 por ciento de viabilidad, o un 98 por ciento de riesgo de fracaso, la Refinería de dos Bocas, va.
El Presidente aseguró que pese a ello, la construcción de la refinería comenzará el 2 de junio, se crearán 100 mil empleos y se terminará en mayo del 2022 “me canso ganso”, dijo.
A ver cuando se le cansa el ganso a la 4T.
Tiempo al tiempo.