El 26 de julio de 2022 pasará a la historia como el día en que el aspirante a dictador se quitó la máscara, mostró sus amores y sus malas intenciones para con México.
En un nuevo “al diablo con sus instituciones”, alineó a su gobierno como amigo de la dictadura castrista, de la imposición de poder, y como enemigo de la inversión foránea.
En la misma matiné festejó que México esté entre los países más violentos, permitió cantarle a la Virgen desde Palacio Nacional, y la emprendió contra los que invierten en energía limpia.
El mismo aspirante a dictador que ha propiciado una pandemia descontrolada, subrayó que le vale la legislación electoral y mostró que para él, 35 mil 625 homicidios pueden festejarse.
El macuspano se mostró feliz porque la cifra del INEGI diga que en 2021 hubo un homicidio doloso cada 15 minutos, un promedio 28 por cada 100 mil habitantes.
Sin pudor, porque AMLO nunca lo tuvo, mostró que, si el 4 de Julio le “mentó la madre” a EUA con Assange, el cumpleaños del Asalto al Cuartel Moncada le es fecha jubilosa.
La “gentileza” macuspana conmovió al dictador Díaz Canel, quien asesina y encarcela a cubanos que pidan una verdadera Patria y libertad, ese dictador que mandó médicos de 146 mil mensuales más gastos.
“Qué orgullo escuchar a nuestro hermano Amaury hoy con el querido presidente @lopezobrador_ en su Mañanera. ‘No lo van a impedir’ es una canción exacta para este 26 de Julio”, tuiteó el dictador cubano.
Y tras alabar la libertad de cultos, López permitió a Amaury, en plena sede del Poder Ejecutivo Mexicano, una canción a la Virgen de Guadalupe, en esa su extraña mezcla de mesianismo y populismo castrista.
Sin pudor presidencial, porque nunca lo tuvo, López dedicó también recursos públicos en tiempo, telecomunicaciones y salarios para abusar del poder y quebrantar la Constitución y la legislación electoral.
El macuspano mostró que estructura una mascarada electoral cuyo primer paso es un choque frontal contra el INE y el Trife, para poderles lanzar a la jauría morenista.
El tabasqueño dejó claro en 2024 las elecciones generales serán de Estado, Morena contará con recursos públicos y serán definidas con la frase de Nerón: “Quien no acate mis leyes morirá o será castigado”.
El macuspano perdido en su laberinto dejó la maltrecha investidura presidencial y regresó a lo que le gusta y que realmente desempeña bien: Jefe de partido.
En un discurso que comenzó por el piso parejo dio instrucciones: “No va a haber señal (…) en el caso de los candidatos a la Presidencia (de Morena) encuesta, y lo que diga la gente (sic) y yo voy a apoyar al que gane”
Perdido en la ilegalidad y sin el menor respeto por la Constitución que le prohíbe apoyar a un partido dijo: “Y si la gente ve que el presidente se está inclinando a favor de alguien (…) eso tiene un efecto de búmeran”.
Y mientras Estados Unidos lo ponen en jabón, la DEA le pone el dedo y los inversionistas obligan una discusión del TMEC, López es feliz con canciones de adolescente revolucionario y pensando en un país que no existe.
En el que sí existe el Presidente viola la ley de Amparo, endroga al país con obras inservibles, siembra la incertidumbre, ataca a las instituciones e impide que se transparente el uso de recursos públicos.
Pero todavía se permite el lujo de contratar médicos cubanos a un costo 13 veces superior al de los mexicanos y se va de fin de semana para una décima gira a Nayarit, donde por casualidad una tal Geraldine fue impulsada a munícipe
López ha dicho: “Estábamos al borde del abismo, pero hemos dado un paso hacia adelante”, perdón, ese fue Francisco Franco.