Israel Pérez Valencia | Catedrático
La gente necesita congruencia.
La iniciativa del virtual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de reducir los salarios de la alta burocracia, no representa en sí un gran ahorro en la hacienda pública y es poco probable que se haya pensado en ese sentido. Es una medida para canalizar, políticamente, la histórica indignación ciudadana de ver una clase política soberbia y mal empoderada, con acceso a ingresos incongruentes con la realidad nacional y prebendas ofensivas para la gran mayoría de la población.
Evidentemente hay algo teatral en esta iniciativa, pero como como el tabasqueño siempre ha dicho: “Es ‘peje’, pero no lagarto”. La propuesta cuenta con un importante respaldo de una ciudadanía necesitada de hacer evidente el cambio por el que votó el primero de julio.
El que los ciudadanos observen este tipo de acciones, con el precedente de los insultantes excesos y corrupción en el gobierno de Enrique Peña Nieto, le va a redituar, políticamente, al presidente electo, pero también representa una gran responsabilidad para los nuevos funcionarios, que serán mucho más observados por las grandes expectativas que se han generado tras el proceso electoral.
Manuel J. Solis | Productor
Claro que lo es. Sin duda esos recursos podrán ser usados en mejores fines… pero no podemos olvidar que con frecuencia lo barato sale muy caro.
La cuestión de los salarios de la clase política es siempre un tema de discusión, sobre todo porque es de las cosas más fáciles de entender en un presupuesto en que las cifras no tienen sentido para el ciudadano de a pie. En 2018, se utilizarán en total 5,972 millones de pesos en educación… mientras que en defensa usaremos 6,608 millones de dólares… ¿Esto es mucho? ¿Es poco? ¿Podemos hacer un argumento de que gastar más en defensa que en educación es causa de algo, sin que alguien que sepa más del tema nos contradiga? Pero decir que un Presidente del país gana 250 mil pesos al mes si tiene sentido, lo puedo comparar con lo que yo gano, o con el salario mínimo. Son cifras comprensibles.
Seguramente habrá reformas de mayor calado sobre la manera en que se gastan los recursos, pero pocas tan evidentes, fáciles de explicar y de entender como los sueldos de los funcionarios y las dichosas pensiones de los ex-presidentes. Pero en última instancia, ¿de cuánto hablamos con respecto al presupuesto total del gobierno?
Como siempre tengo más preguntas que respuestas. ¿Cuánto ganan los Presidentes de otros países? Considerando la población y el desarrollo económico de México, ¿Es justo?
¿Que un servidor público gane mucho o poco lo hace mejor en su trabajo?
Creo que lo que todos realmente queremos, son gestos dramáticos.
Enrique Paniagua | Creativo
La pregunta es tramposa porque se habla de burócratas y de ahorro, de entrada el que las instituciones sean burocráticas y existan burócratas es síntoma de NO AHORRO.
Es muy complejo debatir en el tema hasta que no entre en vigor esa disposición. Lo que es un hecho es que ningún servidor público puede ganar más que el Presidente y eso, “honestamente” lo dudo. Y de ahí para abajo muchos servidores públicos sí van a ser directamente afectados por su ritmo de vida por consecuencia posiblemente regresemos a los tiempos del PRI en los 60’s, 70’s, 80’s y más; donde el moche es el “pan” de todos los días.
A mi país no le puedo recriminar nada, mucho menos que hoy estemos en una transición que tal vez marque un antes y un después, a mi México le doy gracias por todo lo bueno que me ha da: su historia, mi idioma, gente espectacular, amigos entrañables, mi familia, etcétera. A quien sí debemos reclamar es a las personas que trabajan en su nombre y hacen mal su trabajo, si a esos burócratas que van por una quincena no por un servicio a la comunidad. A todos esos que en lugar de sumarle a México, le restan, a todos esos que hacen mal su trabajo o simplemente no lo hacen, a los que le quitan oportunidades a los que realmente las merecen y a los que desaparecen opciones solo “por ganarse una lanita”, a los que roban a un país insultantemente rico y tristemente noble, a todos los que creen que no se puede mejorar nuestra realidad.
Afortunadamente ellos no son mi México, son personas con nombre, apellido y cargos públicos, individuos que se les puede señalar y se les debe de denunciar.
No se trata de bajarse el sueldo, se trata de no buscarle más pretextos a la falta de ética.
A mí me gustaría festejar a mi México, pero, el problema no es festejar, lo pinche es cuánto te gastas en el festejo, y si eso implica descuidar otras áreas prioritarias para el bienestar de la nación, entonces eres un inconsciente y un irresponsable, una persona que no está haciendo bien su trabajo.
Sí, te hablo a ti estimado* próximo servidor público que estás a punto de entrar al mundo de la burocracia.
*Alguien que no te estima.
