Un crecimiento del PIB de solo 1.4%, cifra menor que la del último año del sexenio anterior, un trimestre en el que la economía se contrajo, un gobierno con altas expectativas que no se corresponden con los datos duros de la economía.
La expectativa del Ejecutivo federal es que con las políticas públicas emprendidas, el crecimiento económico se active.
Los analistas atribuyen el freno de la economía a la impericia del nuevo gobierno para activar el gasto público, una de las principales palancas de desarrollo del país.
El nuevo gobierno canceló un mega proyecto emprendido por la anterior administración…
Sin embargo, México no está en recesión. Así como una golondrina no hace verano, un trimestre de contracción no significa recesión.
Y no, esta descripción no es del 2019. Corresponde al primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto.
El primer año del priísta arrojó un magro crecimiento económico del 1.4% anual, frente al 3.6% del último año de Felipe Calderón.
Por trimestres, el segundo del 2013 registró una contracción económica del 0.7%.
El gobierno de Peña Nieto canceló la Refinería Bicentenario que debía edificarse en Tula.
Hoy, en el primer año de López Obrador el pronóstico de crecimiento de la OCDE es del 1.6% en 2019.
El INEGI reportó que en el primer trimestre de 2019 la economía se contrajo en 0.2%.
Las expectativas de crecimiento del Ejecutivo Federal es que una vez hechos los ajustes en la forma de ejercer el presupuesto, se reactive el crecimiento.
El Ejecutivo canceló la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México
¿Es la situación actual un Dejavú y podemos confiar que los meses por venir habrá un repunte económico o estamos a las puertas de una catastrófe, un recesión que lleve a más mexicanos a la pobreza?
La comentocracia dirá catástrofe. Los datos dicen… hay que esperar.