Israel Pérez Valencia | catedrático
¡Adiós a los partidos rémoras!
Tras el tsunami Morena que golpeó todo el sistema político mexicano el pasado 1 de julio, salió a flote la posibilidad de que nos deshagamos de partidos que solo son rémoras inútiles, sin estructuras o propuestas vanguardistas pero eso sí, con la ambición de seguir prensados de la ubre presupuestal a cualquier costo, incluso con coaliciones bastardas que van más allá de principios ideológicos.
Tras no lograr el 3 por ciento de votos en ninguna de las elecciones federales, Nueva Alianza y el Partido Encuentro Social (PES) perderán el registro. Los partidos Verde Ecologista de México (PVEM), Movimiento Ciudadano (MC) y hasta el decadente Partido de la Revolución Democrática (PRD) están ‘en la tablita’, aunque es muy probable que conserven la categoría.
Las pasadas elecciones dejaron claro que no requerimos de más partidos con candidatos inútiles y vergonzosos. Con los tres hegemónicos se cubre más que suficiente con las aspiraciones ideológicas y políticas de los mexicanos. Ya basta de gastar el presupuesto en zánganos naranjas, verdes y amarillos que no aportan nada para el enriquecimiento de la política nacional.
Manuel J. Solis | Productor
No, no, no. Nunca, jamás. Es uno de los derechos fundamentales de los ciudadanos, expresados en nuestra Constitución, el tener la libertad de asociarse en todo tipo de configuraciones: sociedades, iglesias, clubes y por supuesto, partidos políticos.
Estas instituciones permiten concatenar posiciones similares para poder hacer el ejercicio legislativo practicable, sin caer en las más de 500 posturas políticas que podrían tener los legisladores. Representan “bloques” ideológicos ante los que los ciudadanos podemos acceder a la toma de decisiones.
De ninguna manera nos podemos negar esta posibilidad. Por otro lado, los partidos políticos han acaparado la toma de decisiones, poniendo como prioridad su supervivencia organizacional. Han abusado de su poder para adjudicarse recursos públicos y para ser la única vía posible a obtener un puesto público. Han perpetrado en el poder a personas a todas luces tóxicas para nuestro país, y están hoy en la posibilidad de centrar toda la toma de decisiones de dos de los tres poderes de la Federación en una sola persona.
Pienso que se debe dar el registro a todo partido con más de veinte firmas, pero que se deben de retirar los recursos públicos de todos. Debe haber algún método para garantizar que los gastos de las campañas no sean de origen ilegal y que todos tengamos acceso a ellos, pero no me pregunten a mí cómo hacerlo. Como en todo lo que respecta al Gobierno, queremos omelette, pero sin tener que romper los huevos.
Enrique Paniagua | creativo
Una de las preocupaciones que percibo dentro de la gente es cómo alcanzar el éxito, el poder y la fama. Yo digo que hay cosas más importantes en las que pensar, que el panorama laboral, personal, gubernamental, electoral es más amplio que solo ganar medallitas, dinero, propiedades, derechos o abarcar mucho, yo creo que el éxito lo encuentran aquellas personas que están muy ocupadas trabajando en sus cosas como para estarlo buscando.
Yo digo que más que pensar en pendejadas como la fama, el poder, el éxito, los gobernantes o si se van o se quedan algunos partidos políticos, que son meras percepciones aleatorias y quien sabe a qué caprichos del destino respondan. Creo que la fama es un oso gordo y viejo, el éxito una muñeca que pasa de moda muy rápidamente, el poder es un roedor sin hombros y los partidos son basura orgánica.
Vale la pena mejor pensar en las palabras “realización y reconocimiento”. Esas son más constructivas y por lo menos van más ad hoc con el autochíngale que pregono por la vida.