«Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”, Abraham Lincoln.
Prevaricar, en el sentido bíblico, es hacer omisión a la palabra de Dios de la Biblia cristiana, con dolo o engaño, y que la Iglesia Católica considera un pecado y en materia de derecho, según el Diccionario de la lengua Española, es el delito consistente en que una autoridad, un juez o un funcionario dicte a sabiendas una resolución injusta.
Eso es lo que vimos los queretanos esta semana con el nombramiento de la ciudadana Teresita Adriana Sánchez Núñez, como presidenta del Consejo General del IEEQ; los consejeros electorales que integran el INE cometieron el pecado y el delito de la prevaricación al consentir la asunción de una mujer que no solo no cumple uno de los requisitos legales para ocupar el cargo para el que fue electa: el de la residencia efectiva en los últimos dos años en el estado; sino que además, dañaron la moralidad pública del Instituto Electoral del Estado de Querétaro (IEEQ), al soslayar la falta de ética de Sánchez Núñez, quien no tuvo empacho en mentir sobre su residencia y pedirle a terceros que mintieran por ella, bajo el argumento de que necesitaba ‘obtener un cargo muy importante’.
Más allá de lo legal, el tema hoy pasa, como lo decíamos la semana pasada en este espacio, por lo moral y lo ético.
¿Vale la pena, manchar el trabajo, la trayectoria y la reputación de un ente público que ha demostrado por años su imparcialidad, en aras de intereses ocultos? Yo pienso que no.
¿Con qué cara o calidad moral la ciudadana Teresita Sánchez, cuestionará actitudes poco éticas de partidos o candidatos? No la tiene, carece de ella, su actuar le niega ser ‘moralmente superior’.
La llegada de Teresita Sánchez Núñez a la presidencia del Consejo General, más allá de lo que le dijera el representante del PRI ante el órgano electoral, Vidal Navarrete Cerda, en el sentido de que su partido se reservaba el derecho de impugnar su nombramiento; implica cuestionamientos y entre ellos quiero destacar los mensajes de los otros seis consejeros electorales locales, quienes le subrayaron -todos- que el órgano electoral local se ha desempeñado de manera impecable desde hace años y que esperaban que esa ruta inmaculada de cero cuestionamientos en cuanto a imparcialidad se mantuviera con su presencia. Coincido.
Teresita Sánchez Núñez llega a la presidencia del IEEQ cuestionada y con la mácula de la mentira y el engaño, con un aval del Consejo General del INE debilitado por la prevaricación y con un claro enfrentamiento con fuerzas políticas locales. Si se queda, no la tendrá nada fácil. Insisto, si se queda. ¡Digo!
El último párrafo. Primero fue el avión presidencial, luego Lozoya y ahora Mario Aburto, el caso es que el inquilino de palacio, no deja de mostrarnos sus dotes de prestidigitador. Pero hay que insistir en que los importante son los muertos por Covid, el terrible manejo de la pandemia, la falta de medicamentos para niños con cáncer y sus consecuentes muertes, la inseguridad y la corrupción imperante en el actual gobierno federal. Eso es lo relevante, lo demás son distractores, no nos perdamos.
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