Al que es negligente con la verdad en las cosas pequeñas, no se le pueden confiar los asuntos importantes. (Albert Einstein)
El 17 de octubre de 2019 los mexicanos vimos con asombro cómo la capital de Sinaloa comenzaba a incendiarse.
Poco a poco fuimos conociendo las razones de los bloqueos, los tiroteos, las amenazas; las imágenes y videos que circularon en redes sociales, la violencia, la agresividad, el miedo, habían sido producidos por un fallido operativo.
Las versiones han cambiado desde la tarde – noche de ese 17 de octubre de 2019; que si era un operativo coordinado de vigilancia, que si era un operativo para la captura de un capo, que si iban por Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín Guzmán Loera y que luego lo dejaron ir.
La liberación de Ovidio Guzmán también ha sido objeto de múltiples versiones, principalmente del titular del Ejecutivo federal.
El inquilino de palacio no quiso fijar una postura ese día, aunque, al día siguiente del operativo hoy tristemente conocido como el culiacanazo afirmó, en conferencia de prensa, que la decisión de liberar a Ovidio Guzmán la tomó el gabinete de seguridad de manera colegiada, y afirmó que respaldaba dicha determinación.
“No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas. La decisión la tomó el gabinete de seguridad, de manera conjunta, colegiada, de los secretarios de la defensa, la Marina, y de seguridad pública, yo respaldé esa postura por qué considero que lo más importante es la protección de las personas. Lo más importante es que no haya muertos”, sostuvo Andrés Manuel López Obrador. Era la primera versión.
El 22 de octubre, cuatro días después del rotundo fracaso de seguridad, el mismo personaje afirmó que no estaba informado sobre el operativo.
“Yo no estaba informado, no me informan en estos casos porque hay una recomendación general, un lineamiento general que se aplica. Le tengo mucha confianza al secretario de la Defensa”, dijo durante la conferencia matutina de ese día.
Afirmó también que, una vez enterado de lo que sucedía en Culiacán, pidió a los integrantes del gabinete de seguridad que se reunieran y tomaran una decisión.
“Me presentaron su propuesta y yo la avalé y por eso se llevó a cabo”, agregó con relación a la liberación de Ovidio Guzmán y bajo el argumento de, en este tipo de acciones lo más importante es cuidar las vidas, así como que no se violen derechos humanos.
Este 19 de junio de 2020, 246 días después del más grande fracaso que en materia de seguridad ha tenido la cuatroté desde su llegada al poder, tuvimos una nueva versión.
Ahora resulta que fue el mismo presidente, Andrés Manuel López Obrador quien ordenó la liberación de Ovidio Guzmán, hijo del Chapo Guzmán, cuando lo había detenido el Ejército en Culiacán.
En su conferencia de prensa matutina desde Cuernavaca, Morelos, y, al hablar de las relaciones con el Gobierno de Estados Unidos, López Obrador reveló además que ese mismo día habló del tema con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, información que por cierto se había mantenido oculta, y que la decisión la tomó él porque civiles podrían haber perdido la vida si no se detenía el operativo.
«En dos o tres asuntos, cuando hemos hablado de temas delicados, es lo que se decidió para no poner en riesgo a la población, para que no se afectará a civiles porque iban a perder la vida si no suspendíamos el operativo más de 200 personas inocentes en Culiacán, Sinaloa, y se tomó la decisión. Yo ordené que se detuviera ese operativo y que se dejara en libertad a este presunto delincuente», afirmó el inquilino de Palacio.
La afirmación de este viernes deja muchas dudas, entre otras: ¿Cuál es la versión real de la decisión de liberar a Ovidio Guzmán? Si el gabinete de seguridad tomó la decisión, a petición de Andrés Manuel López Obrador, ¿por qué hoy afirma que fue él quien lo decidió? Si fue él quien ordenó la liberación del hijo del Chapo Guzmán ¿Por qué hasta hoy darlo a conocer? Y más aún ¿Ante tantas contradicciones, por no decir mentiras, ¿Es posible todavía creerle al inquilino de palacio? Digo.
El último párrafo. Esta semana iniciamos en Querétaro el proceso de retorno a una nueva normalidad en la que lo que se ha reactivado son algunas actividades productivas, no las reuniones, fiestas y aglomeraciones sociales; seamos responsables y sumemos para evitar el contagio. Les digo.
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