Enrique Paniagua, creativo
Estoy aprovechando este paréntesis nacional, las elecciones y sus resultados, para disfrutar a mis hijos al máximo. Creo que es mejor siempre ver el lado amable de la situación y yo decido hoy encontrar las cosas lindas y bonitas que me puede traer este aislamiento en el que vivimos millones de mexicanos.
Entender por ejemplo, mi hijo Matías me presentó hoy a su mejor amigo, un conejo de nariz verde y que me dijo una sola palabra que me dio paz: Esperanza.
Yo digo que entre tanta espera, vale la pena no desesperar, saber que todo pasa para bien y termina por pasar. La esperanza no viene de una persona o un partido político, la esperanza la tenemos en el corazón y debemos de luchar para no perderla, debemos de exigir a los que serán los elegidos por nosotros para que hagan un buen trabajo porque es muy simple, ese es su trabajo y para eso les pagamos; sí, son nuestros empleados y nosotros sus patrones, ellos nos deben rendir cuentas y está en nosotros exigirlas.
Elijamos y exijamos, que se ganen su sueldo porque a partir de este domingo dejarán de buscarnos pidiendo nuestra aprobación para intentar saborear con lujo de detalles su victoria.
Manuel J. Solis, Productor
Las prioridades de cualquier gobierno en la actualidad deben de ser la reconciliación y la transparencia. Estamos ante una sociedad vocal y participativa como nunca antes, pero también sumamente agresiva y escéptica de las instituciones.
Más importante que el pavimento o que la recolección de basura es que la ciudadanía conozca la manera en que puede participar de las decisiones del gobierno, que se gaste menos en eventos de inauguraciones de arcotechos y que se hagan evidentes y abiertos los procesos en la toma de decisiones.
Sinceramente no creo que lo más importante para las pasadas autoridades locales fuera el enriquecimiento personal, o el querer beneficiar solo a unos cuantos, pero una estrategia poco efectiva de comunicación aunada a un ansia de “ejercer el poder” sin preguntarle a nadie, no ayudaron, efectivamente, a nadie.
Pienso que seguridad, limpieza, movilidad, turismo e industria deben dejar de ser los ejes sobre los que giran las campañas y los planes de desarrollo, no por que no sean la razón por la que tenemos autoridades locales, sino porque es su trabajo preocuparse por ellos. Gracias por el arcotecho señor Presidente, pero no nos lo regaló usted, y era su trabajo ponérnoslo.
Creo que lo más importante es que nos dejen de presionar para que les gritemos “buenos días”. No nos obliguen a fingir el entusiasmo.
Israel Pérez Valencia, académico
Después del 1 de julio.
Las elecciones llegaron a su fin. Los ciudadanos elegimos a quienes se harán cargo de la administración pública en los próximos años. Ahora viene un proceso de ‘entrega-recepción’, donde los funcionarios electos asumirán su responsabilidad estableciendo prioridades respecto a las propuestas que ofertaron a los ciudadanos.
No obstante, lejos de pensar que es un protocolo que solo se da entre los miembros de la clase gobernante, es uno de los momentos más importantes del proceso electoral: El seguimiento a los elegidos. La democracia implica corresponsabilidad, que va más allá de ir a las urnas y votar. Existen retos en materia de seguridad pública, acceso a la salud, educación y bienestar social que requieren la atención inmediata de los nuevos funcionarios, pues la rendición de cuentas empieza desde su toma de posesión.
La corresponsabilidad implica estar atentos a su trabajo y recordarles -cuando sea necesario- que hay compromisos que cumplir y resultados que entregar más allá de lo que se dejó de hacer dejaron en la administración anterior.
Esto será posible si sienten nuestra presencia constante en sus espaldas; “antes de que nos olviden”, como diría Caifanes.
Twitter: @israelpv73