El sector liberal de los Estados Unidos está a punto de recibir un gran revés. El juez Anthony Kennedy de la Corte Suprema anunció que se va a retirar, con lo cual Donald Trump podrá designar por segunda vez a un reemplazo que será conservador.
Hasta ahora Kennedy ha sido un voto clave en temas vitales para los progresistas, apoyando el matrimonio igualitario, avalando el derecho al aborto e incluso dio a los prisioneros en Guantánamo el derecho a pelear su detención.
Sin embargo, los efectos del primer nombramiento que hizo Trump ya empiezan a favorecer las causas de los republicanos. Apenas la semana pasada el juez Neil Gorsuch encabezó los votos conservadores favoreciendo la prohibición de viajes para musulmanes y liberando a centros pro vida de tener que dar información sobre el aborto.
Los analistas anticipan que una Corte Suprema de mayoría conservadora anulará el derecho al aborto y también el matrimonio igualitario, además de otros avances del sector progresista estadounidense.
En estos momentos el máximo tribunal de los Estados Unidos está conformado por Ruth Ginsburg (85 años, liberal); John Roberts, (63, conservador); Clarence Thomas (70, conservador); Stephen Breyer (79, liberal); Elena Kagan (58, liberal); Samuel Alito (68, conservador); Sonia Sotomayor (64, liberal); Neil Gorsuch (50, conservador); y por supuesto Anthony Kennedy (81, conservador).
Sin Kennedy la Corte Suprema estará dividida entre cuatro jueces designados por presidentes demócratas y cuatro nombrados por presidentes republicanos. El segundo nominado de Trump dará a los conservadores una mayoría sólida, aunque antes deberá ser confirmado por el Senado, donde los republicanos tienen una ligera mayoría, sin que los demócratas puedan retrasar la confirmación.
El movimiento liberal está en graves aprietos, porque las aspiraciones del sector conservador serán avaladas en perjuicio de las minorías en los Estados Unidos.
El más claro ejemplo fue el reciente dictamen de la Corte Suprema avalando el diseño de distritos electorales en Texas basado en divisiones raciales.
Son tiempos difíciles de este lado del Río Bravo.