Chicago, IL.- Las aportaciones de los mexicanos que vivimos en el extranjero a la economía de México son fundamentales para aliviar las necesidades de una gran parte de la población y, por ende, menos problemas y presión para los tres niveles de gobierno.
Las cifras más recientes de las remesas son contundentes. Según el Banxico en junio pasado los envíos de dinero desde el extranjero, principalmente desde Estados Unidos, crecieron 23 por ciento respecto al mismo mes de 2017, al ubicarse en 3 mil 140 millones de dólares.
El Banco de México dice que de enero a junio, los de este lado enviamos 16 mil 244 millones de dólares, cifra que significa un aumento del 12 por ciento en comparación con el primer semestre del 2017.
El análisis más reciente de las remesas concluye que solamente en junio se realizaron 9 mil 144 millones transacciones que, en promedio, inyectaron 343 dólares a millones de hogares en nuestros lugares de origen.
Michoacán es el estado con mayor percepción de envíos de dinero desde Estados Unidos. En junio ese estado recibió mil 640 millones de dólares, 11 por ciento más respecto al mismo mes del año pasado.
Jalisco, Guanajuato, Estado de México y Oaxaca son las otras entidades que reciben las mayores remesas enviadas desde EEUU. Entre los cinco estados concentran el 40 por ciento de los envíos, que llegan principalmente de California, Texas e Illinois.
En México hay 1 millón 600 mil hogares que reciben remesas y de esos el 60 por ciento dependen de ellas para su subsistencia, según el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA).
La creación de la Secretaría del Migrante es impostergable. Necesitamos políticas públicas que promuevan el desarrollo en aquellas comunidades con mayor expulsión de migrantes. Nuestras familias en México necesitan empleos que les permitan progresar, porque nuestras remesas solamente los ayudan a subsistir.
Este es un tema que el presidente electo Andrés Manuel López Obrador debe abordar con carácter de urgente, porque la verdad quienes cargamos la canasta a tantas familias en México ya estamos hartos de que solamente nos den atole con el dedo.