ANTE PUBLICACIONES DISCORDANTES DE LA REALIDAD
Hace ciento cincuenta y cinco años ocurrió un hecho trascendental de resonancia mundial.
Trascendental para la Historia de México por cuanto se definió, de una vez por todas, la naturaleza republicana del pueblo de México.
De resonancia mundial porque advirtió al concierto de las naciones, que México es soberano y auto determinante.
Acontecimiento tan importante sucedió en el Cerro de las Campanas, en un mínimo de materia, el máximo de espíritu, dijo el maestro José Guadalupe Ramírez Álvarez…..
Es el 19 de junio de 1867. Se ha verificado la ordenada por la justicia nacional. El sol está alto y aun cuando ya hay actividad en la ciudad la consternación sentida es evidente.
Los médicos Licea y Basch inician las labores necesarias y proceder al embalsamamiento del cadáver de Maximiliano, que junto con el de Mejía están en la sacristía del templo dedicado a San José de Gracia de Capuchinas. Su atención está concentrada en Maximiliano intenta que el cadáver de Mejía, queda en un rincón de ese recinto.
Previamente le entregaron del General Escobedo una relación de lo que requieren para llevar a cabo esta faena. En tanto reciben lo solicitado están retirando la ropa para proceder a lavar el cadáver, pues felizmente se ha restablecido el abasto de agua al cerrar la herida que practicó el ejército republicano en uno de los primeros arcos, al inicio del sitio.
Enseguida el doctor Licea toma la impresión para realizar la mascarilla mortuoria. Acto seguido le afeitan y recortan la barba.
Finalmente terminan su cometido y lo entregan de forma adecuada, por lo que se dispone el traslado a México.
Es tiempo de lluvia y el camino no está en muy buen estado, además de que han de ir a paso lento, de modo que, si se suelta torrencial aguacero, es el mismo que se debe soportar y extremar cuidado durante la marcha, pero inevitablemente se producen los accidentes y uno de ellos es que vuelca el vehículo en que trasladan el féretro y éste termina mojado y enlodado.
Llegan a la entonces ciudad de México y al recibirle, los encargados de esto advierten el mal estado y es su opinión que el trabajo efectuado en Querétaro estuvo mal hecho, por lo que resuelven hacerlo de nuevo y resulta verdaderamente tardado, sin embargo, concluyen, como dijeran, muy satisfactoriamente. Asalta una pregunta: ¿en verdad estaría mal hecho el embalsamamiento, cuando intervino el doctor Basch, que amaba a Maximiliano como a un hijo, o fueron los, digamos, inconvenientes del traslado, como la lluvia?
El 12 de noviembre, a las cinco de la mañana, partió de México, rumbo a Veracruz y de ahí a Viena.
Hasta aquí todo está envuelto en el halo de misterio y una vez que zarpó la fragata Novara nació la leyenda y a estas horas no importa si por alguna frase dicha con buena o mala intención o por parte de los detractores del gobierno del señor Juárez: ¿sí o no fue fusilado Maximiliano de Habsburgo?
Por las redes corre la versión de que Juárez lo dejó ir vivo, que cambió de nombre y se fue a vivir a El Salvador. Argumentan que han hecho estudios muy recientes, de índole antropométrica e inclusive ADN. De los primeros es fácil falsear la realidad porque basta con que una línea se mueva de manera apenas perceptible para que todo quede igualado y respecto del ADN dicen que fue con un familiar, obviamente lejano por lo que es de inquirir qué tan confiables son, puesto que cuantas generaciones ha habido entre el ilustre ejecutado y el superviviente actual además de que son por línea colateral, pero independientemente de ello hay otras noticias más confiables y fuentes primarias que no permiten mentira alguna.
En primer lugar, la actitud de Juárez quien en todo momento buscó el cumplimiento de la ley a carta cabal. En este sentido dicen que él mismo transgredió la ley por su filiación masónica, señalando que un masón no puede matar a otro, lo que puede ser discutible atendiendo a las luchas intestinas de México en todo el siglo XIX, en que, con toda seguridad, un masón mató a otro sin importar el rito al que perteneciera. Consúltese la obra de Leo Taxil, en la que indica que los masones se llegaban a matar los unos a los otros, ocasionalmente si se quiere, pero ocurría.
En segundo lugar, agregan que Juárez mismo, “bautizó” al expatriado con una más de sus frases célebres: “Fue, justo, pasado por las armas”. Nuestro idioma es una lengua viva y por lo mismo evoluciona. Él se expresaba conforme usos y costumbres de su época que hoy a nuestros ojos se nos hace tan extraño y desde luego fuera de lo común.
Pareciere que se robustece la leyenda, pero no.
En tercer lugar, proponen a dos familiares del ilustre fallecido como fueron Juan Salvador y Rodolfo, también archiduques de Austria. Es en este punto donde se deriva la prueba antropométrica, lejos de fortalecerla. Sí, todos admitimos la similitud de los rasgos faciales en cuanto a ojos cejas y un poco la altura de las orejas, pero hay una clave en esa prueba, misma que señalaré más adelante, con la cual queda refutada.
Claramente se mira que no corresponde
A simple vista se advierte que no son fotos de la misma persona
En cuarto lugar, mencionan a su ayuda de cámara, Jösëf Tüdös.
Éstas dos últimas son prendidas con alfileres, y éstos no son más que evidencias circunstanciales que en aquellos entonces resultan de lo más común: magnífico trato con la gente, elegancia y distinción en el vestir, políglotas: húngaro, alemán, francés, italiano, inglés y español. No es de admirar. Esto es común en Europa todavía, pues al ser un continente muy pequeño con muchos países y cada uno con idioma, aunado al gusto y facilidad de viajar, facilita lo dicho.
Y quinto y último lugar, otra evidencia circunstancial: cristalería, cubertería y platón haría con el monograma imperial.
Hermoso caldo de cultivo.
Veamos una por una.
Primera: no es el caso abundar mucho en este particular. En la obra de Taxil, ha quedado mucho escrito, aunque poco se ha podido comprobar o desmentir. Quede agregada otra frase célebre del mismo Juárez: “Sobre la ley, nada. Bajo la ley, todo”.
Segunda, Tercera, Cuarta y Quinta: de esta frase quieren sacar el nombre falso e incurren en mayor falsedad. Sugerencia: le hace la investigación titulada “Jösëf Tüdös y Justo Armas”, del salvadoreño Gabriel Antonio Ramírez Clará, que ha resultado de gran importancia para deshacer el embrollo generado por una leyenda.
Lo ofrecido:
Es bien sabido que Maximiliano era prógnata, es decir, un defecto mandibular en la persona, DEL CUAL NO PUEDE DESPRENDERSE NUNCA.
Maximiliano lo tenía y era perceptible en las fotografías, no en las pinturas ni dibujos, pues los pintores, por sí o por indicación, tienden a disimular los defectos.
Era costumbre entre los varones, dejarse el vello facial (barba y bigote) con lo que demostraban presencia y personalidad. En el caso de Maximiliano, fue necesario, pues sus dientes “enclavijados” le exigían disimular su prognatismo, detalle que Dª Carlota pasó por alto al quedar prendada de sus ojos azules “de límpido mirar”.
Dicho más claramente: aunque quisiera, no podía cerrar bien la boca y se advertían sus dientes crecidos de más y chuecos, lo que puede mirarse muy bien en las fotos.
A manera de conclusión, quede aquí anotado que solamente quienes no conocen la historia nacional al respecto, quienes no investigan y más grave aún, quienes no tienen siquiera la intención de comprender, asimilar y en consecuencia rendirse ante las evidencias, seguirán insistiendo en esa falacia, misma que el autor de estas líneas se niega a repetir.
Arriba: Fotografía del Sr. Justo Armas, HÚNGARO comerciante que servía banquetes, según concluye, sin dejar lugar a dudas, el Investigador Histórico, Gabriel Antonio Ramírez Clará.
Pregunta final: ¿los delicados pies desnudos de Maximiliano soportarían caminar sobre tierra, guijarros y piedras, por muy entalcados que estuviesen, según se ha hecho saber?
Eduardo Rabell Urbiola
Créditos de las fotos, a quien corresponda, dado el caso de carecer de información, pues han llegado al
autor como simple aportación y son aprovechadas con el único fin de ilustrar lo dicho.
El prognagtismo es característica de los Hasburgo, y de hecho se puede observar en descendientes de alemanes. Pero lo más importante es señalar la naríz recta y fina que tenían y tienen los descendientes anglosajones mientras que la naríz de Justo Armas es de final amplio, ancho y grueso relacionado generalmente con descendientes de piel oscura y / o latinos..o mezclas de razas. . Muy interesante su artículo. Gracias