Ante los problemas que representa vivir en una ciudad en crecimiento como la capital de Querétaro, hay ciudadanos que lejos de criticar deciden poner manos a la obra, tal es el caso de Ruby Ferro, quien desde pequeña sintió una tremenda inquietud por entender lo que llevaba a una persona a cometer un crimen y a vivir una vida fuera de la legalidad.
“No hubo realmente una cuestión personal que tuviera que ver con adolecer violencia, fue más bien una vocación, desde pequeña me intrigaba al ver las noticias, conocer los motivos del porqué de los criminales que habían matado o asaltado” recuerda Ruby.
Tiempo después y apegada a esa hambre de conocimiento estudio la Licenciatura de Criminología en la Universidad Autónoma de Querétaro, especializándose en el área de prevención de violencia familiar, esto sumado a un posgrado en violencia contemporánea, y fue ahí donde comenzó a entender y a aprender las maneras en que se genera la violencia, tanto en México como en otras sociedades del mundo, aunque en particular, nuestro país le llamo la atención por los índices tan altos de criminalidad , violencia de genero e intrafamiliar.
Con todo ese bagaje, comenzó a trabajar en el área de prevención del delito en el gobierno municipal, donde a lo largo de seis años impartió talleres en escuelas de nivel básico sobre prevención de violencia en el noviazgo y bullying; sin embargo, según nos platica, no era suficiente con solo diagnosticar a los criminales e inspirada por un texto que recuerda bien, del libro “Los señores del Narco”, en el que un sicario narra que su incursión en el narcotráfico fue entre otros motivos, para tener poder y vengar la violencia que vivía su madre a manos de su pareja al interior de su hogar, fue que se decidió a actuar.
“Posiblemente no fueron las herramientas adecuadas pero, note que la raíz era que una persona que había sido violentada en su niñez buscó la manera de solucionar su mundo y entendí que los adultos tendemos a destruir el mundo de los niños orillándolos a crecer con la intención de no ser vulnerables ante la realidad que se les plantea”, relata.
A partir de esto Ruby logró determinar que entre el mundo de factores que intervienen tanto para la víctima como para el victimario, siempre hay uno en común: la familia disfuncional y problemas en la niñez, deduciendo que la infancia está siempre relacionada en todo lo que te sucede cuando ya eres adulto.
Para poder profundizar en su investigación, estudió la maestría en Desarrollo Humano en la Universidad Antropológica de Guadalajara con la intención de en un futuro no muy lejano desarrollar un método que le permitirá diagnosticar con certeza desde pequeños la potencial criminalidad de un individuo.
“Mi inquietud era complementar mi experiencia como criminóloga y aplicarlo en las escuelas, apoyando a los maestros que usualmente no tienen la preparación para detectar estos focos rojos que pudieran convertir a un ‘niño problema’ en un posible criminal. Lo que hago es prácticamente una Criminología Clínica aplicada al área de prevención; es decir, no podemos permitir que un niño termine como adulto en un centro de prevención, para entonces tratar de re adaptarlo a la sociedad, eso lo hace más complejo y el costo social muchas veces es irreparable”.
Hoy en día Ruby lleva a la práctica lo aprendido, impartiendo talleres y terapias de manera independiente, en busca de la comprobación del método preventivo que ha ido desarrollando, aunque como ella comenta, no solo sirve para el área de criminología, las terapias que imparte ayudan a desarrollar la formación de los pequeños, aumentando su seguridad y detectando casos de depresión y/o estrés infantil.