Soñadora, apasionada y sencilla, así es como Natalia describe su personalidad, pero también dice ser de carácter fuerte, pues eso le ha permitido llevar de la mano la danza.
Con una sonrisa que deslumbra el escenario y llena de la emoción que caracteriza a los jóvenes de su edad, la bailarina perteneciente a una dinastía de artistas, Lisa Natalia Cabrera concedió una entrevista a nuestra revista semanal EL QUERETANO para platicarnos sobre su pasión por la danza.
Su trayectoria como bailarina comenzó a los tres años y medio, cuando sus padres decidieron que tomaría un curso de ballet clásico y desde entonces su vida solo ha estado vinculada en este ámbito disciplinario.
«Fui inducida por mis padres en este camino, mi papá es director de teatro y mi mamá fue actriz, creo que tenía pocas opciones para decidir. Desde muy pequeña tomé clases de ballet y así continué. No fue un descubrimiento que yo quisiera hacerlo toda la vida; el ballet siempre formó parte de ella», declaró Natalia.
En la actualidad cursa el sexto semestre de la Licenciatura en Arte Danzario en la Universidad Autónoma de Querétaro, donde ha participado en algunos números de la institución, lo que le ha permitido dar a conocer su trabajo y expandir su talento.
Establecida en la ciudad de Querétaro desde hace muchos años, Cabrera ha participado en diferentes proyectos y ha sido acreedora de becas y cursos que la han llevado al extranjero a realizar sus sueños y del mismo modo continuar con su formación académica.
“He tenido la fortuna de poder salir del país y aprender de otros métodos de enseñanza. Hace algún tiempo hice una audición y me gané una beca que me permitió viajar a Florencia, Italia, fue una experiencia única que quisiera revivir. Mi intención es volver para seguir aprendiendo y traer mis conocimientos aquí», explicó.
Para Cabrera la danza va mucho más allá de la técnica de los pasos y su virtuosismo; se planta en el escenario con seguridad, satisfacción y exigencia para sí misma, convirtiéndose en una bailarina sensible a cada nota musical y expresión de su público.
Dice que la labor más importante para ella dentro de un escenario (proyecto, clases o audición) es hacer que vibre el corazón de quienes la observan, “me gusta dejar todo en el escenario y sentir que con cada paso estoy haciendo sentir algo en la gente” comentó Cabrera.
Soñadora, apasionada y sencilla, así es como Natalia describe su personalidad, pero también dice ser de carácter fuerte, pues eso le ha permitido llevar de la mano la danza, pues comenta que es una carrera y profesión en la que inviertes tiempo y mucha disciplina.
“La danza me ha gustado siempre y ha sido parte importante en mi vida para formarme con disciplina y esfuerzo, y eso me ha permitido seguir adelante también en mi vida. La danza te pide mucho tiempo, obediencia y sacrificio”.
“Tienes que tener la cabeza muy bien amueblada para poder hacer frente al fracaso en los castings y seguir adelante. Pisar el escenario y se te olvida todo lo malo. Cada vez que lo hago me doy cuenta de lo privilegiada que soy, de dedicarme a algo tan exclusivo y tan mágico.
Actualmente se prepara para participar en el Concurso Attitude en el que pondrá en juicio su astucia en las tablas y a la par participa en la obra Mar de Plata, texto original que combina la historia de Alfonsina Storni y La Sirenita, donde le da vida a la protagonista de la historia.
El musical Hairspray y sus participaciones en la Compañía de la Comunidad Universitaria de su alma máter, también forman parte de los proyectos en los que interviene, lo que la convierte en una promesa de la danza en el estado. “Cada una de mis participaciones tienen el objetivo de hacerme crecer, de llevarme a donde la vida me permita, pero quiero seguir bailando, bailar te libera, te pone en forma. Además, permite comunicarte y expresarte.”, añadió.