Corría un domingo en apariencia normal, las campañas electorales estaban en pleno apogeo y la contienda por ganar la presidencia municipal de la capital del estado estaba más cerrada de lo que muchos esperaban.
La cita fue en el Mercado de la Cruz, Miriam tomo su cámara y su mochila y salió sin tanta prisa, aunque era un poco tarde, pero, daba igual, el candidato no acostumbraba la puntualidad, la fotógrafa del Diario de Querétaro llegó y al ver que tenia minutos de ventaja comenzó a analizar la escena. Sin más, noto a lo lejos el caminar incesante del equipo de avanzada, y en segundo plano observo al popular candidato, saludando y escuchando a quien se le pusiera enfrente.
Sin embargo, la mirada de Miriam no se fue sobre el candidato, había una opción en primer plano que llamó más su atención desviando su mirada, justo ahí, entre el candidato y su lente, se encontraba en medio de ese pasillo una señora de avanzada edad, de ascendencia indígena y en notables condiciones de carencia, al grado de estar pidiendo limosna. El cerebro de “Miri” como la conocen en el gremio, comenzó a trabajar de inmediato, haciendo honor a su condición de profesional, y relata:
“Mi primera opción fue buscar la foto bonita del candidato, espere de verdad que se acercara a la señora, pero no fue así, y para ser sinceros, deseaba más la segunda opción que la primera”.
El candidato, inmutable, saludó a un par de personas más y siguió de largo su camino, pero en ese inter, el ojo afinado de Miriam, no dudó en dar el click ante la escena, que representaba a la perfección, algunos de los estigmas que persiguen a la clase política mexicana y del mundo, un candidato, buscando el voto, dialogando y brindando la atención a quien se lo diera e ignorando a la pobreza y a la vulnerabilidad, incluso teniéndola ante sus ojos.
Posiblemente, solo se trataba de una distracción, el equipo de campaña lo guio a otro lado, o prefirió no valerse de esos argumentos gráficos, no se sabe, lo que sí era obvio es que esa foto jamás vería la luz si Miriam trataba de publicarla en el medio para el que trabaja, así pues, decidió mostrarla al mundo a través de sus redes sociales y el resultado fue increíble: esa foto, la ha llevado a vivir y experimentar cosas que no se imaginó en aquel momento cuando tenia la escena ante sus ojos, al grado de hacerla acreedora a la nominación al Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter 2018 en la categoría «Foto y Caricatura»; sin embargo, esta historia, no fue una casualidad.
Orgullosamente queretana, Miriam inició sus estudios de comunicación en la Universidad Autónoma del Estado, aunque la fotografía ya había tocado a su puerta desde sus años de juventud, cuando veía a su padre, quien, a manera de hobbie disfrutaba de hacer retratos a la misma familia, pero no fue sino hasta mas tarde que, decidida a ser una excelente fotógrafa, tomo más cursos de los que la currícula universitaria le ofrecían, lo que la llevo a hacer prácticas en una agencia local, donde casualmente sintió una especie de desencanto con el tema de los medios, prometiéndose a sí misma explotar su talento en otras áreas que no tuvieran que ver con la prensa o los espacios noticiosos; sin embargo, el destino la llamó y su vocación de comunicadora la llevó a trabajar en diversos medios, entre ellos ADN, Noticias, Periódico AM y Diario de Querétaro, lugar que hoy en día es su casa laboral.
“Definitivamente hay una Miriam antes, y una después de esta afamada fotografía, la imagen me abrió algunas puertas, y me colocó en un lugar que , lejos de decírtelo como presunción, me hace sentir una inmensa responsabilidad, por transmitir la realidad u otros ángulos de lo que normalmente vemos, así como también de demostrar que no fue una casualidad o un disparo de suerte, la preparación y la experiencia tomaron esa foto por mí, yo invito a los compañeros a que seamos responsables y consientes y que siempre busquen más allá de lo que se ve en primer plano , para cumplir cabalmente con una de las obligaciones del foto periodismo, que es concientizar a la sociedad, siendo sus ojos, y mostrando lo que de pronto no solemos ver”.