El arte ha funcionado en mí en muchos ámbitos he conocido lugares y amigos por medio de él. El arte es conocimiento hacía ti mismo y hacía los demás.
Con las manos teñidas de pintura y con una sonrisa tímida en el rostro, Erick Huilcatzin dice que no le gustan las fotografías y que poco las entrevistas, aun así, el joven de 28 años platicó para EL QUERETANO sobre su trabajo pictórico y la evolución que ha tenido a lo largo de estos años de trayectoria.
Erick contesta las preguntas y mueve los dedos imitando el desliz que posiblemente le da vida a cada trazo que marca en sus obras. En medio de caballetes y lienzos que no están terminados, Huilcatzin se sienta en una de las sillas que tiene en su departamento y comienza a recordar sus inicios.
«Mi primer acercamiento con el arte fue a la edad de siete u ocho años cuando comencé a dibujar los personajes de Dragon Ball. Nunca tuve a mi alcance clases de dibujo o pintura, así que al principio hacía los dibujos con lo que tenía, primero en libretas y después compraba cartulinas y ahí los hacía».
«Para mi dibujar fue un refugio porque en ese tiempo había muchos problemas en casa y creo que fue mi manera de decir que no quería ser parte de ello. La gente se sorprendía porque cuando hacía los dibujos en grande las proporciones iban de acuerdo al tamaño y ahí me di cuenta que en realidad tenía la habilidad en este ámbito» comentó el artista.
La carrera de Erick inició con exposiciones de dibujos de grafito y después evolucionó en la pintura. Estudió en la Universidad Autónoma de Querétaro la licenciatura en artes plásticas, al concluir su licenciatura fue docente de una secundaria y en la actualidad se dedica de tiempo completo a sus obras.
Ha tenido la suerte de que su trabajo sea reconocido en distintos puntos de la República Mexicana, en presentaciones personales y exposiciones colectivas, además de participaciones especiales tales como el festival musical Corona Capital.
Su trayectoria se basó en un autoaprendizaje y pasó por el dibujo con colores, hasta grafiti, lo que le permitió ir desarrollando su habilidad y analizando que su verdadera pasión estaba en este arte. Huilcatzin es un claro ejemplo de que, si hay algo en nuestro país, es precisamente talento.
Detrás de sus obras, las mujeres juegan uno de los papeles más importantes, pues destacan los cuerpos femeninos atrapados en el realismo, ciencia ficción e imaginación del artista.
“No fue porque yo lo pensara así, en realidad creo que fue por práctica. La serie con la que comencé pintando la basé en un tipo de pájaros que me gustaba porque siempre me ha llamado la atención la naturaleza y mi idea con las pinturas siempre va muy cercana a manifestar el comportamiento animal y la similitud con las personas”.
“También creo que tiene que ver con las expresiones que las mujeres hacen y en mi madre, creo que es como una especie de tributo. Mi trabajo gira alrededor del núcleo femenino y de ahí agrego elementos”, destacó.
En la actualidad continúa con una colección que realiza desde hace cuatro años, en la que los paisajes, animales y cuerpo femeninos siguen teniendo su protagonismo y con la que se ha dado a conocer por México, misma que le ha permitido adentrarse aún más en este mundo.
“Con esta serie he experimentado con paisajes, entornos y atmósferas. Ya tengo un punto de partida, sé qué es lo que me llama la atención y lo que quiero hacer, pero lo complemento con algo más, cada cuadro va teniendo su propia historia y voy variando con los significados”.
“Para mí el arte es una necesidad que tengo, necesito estar pintando y dibujando todos los días. El arte ha funcionado en mí en muchos ámbitos he conocido lugares y amigos por medio de él. El arte es conocimiento hacía ti mismo y hacía los demás”, explicó.
Número de obras: alrededor de 120 piezas Huilcatzin, se describe como un artista que va en constante evolución que basa su aprendizaje en una constante búsqueda de conocimiento directo y espiritual, pues dice que las artes te ayudan a hacer una introspección de ti mismo.