El ámbito del emprededurismo crece día con día en el sector joven de la población, el impulso de ser su propio jefe además de no tener límites en la proyección profesional, son elementos básicos para que queretanos como Erick Becerril se aventuren.
La perseverancia y la responsabilidad han llevado a este chico a lograr tener su propia franquicia en el estado, «Chicago Pops», un espacio que ofrece más de 16 sabores de palomitas, así como una variedad de postres deliciosos en los que destacan las shake pops.
«Este negocio significa para mí, todo. Fueron muchos meses y yo creo que hasta años de trabajo para lograr proyectar lo que estoy formando ahora»
Retrocediendo en el tiempo, la historia de Erick comienza desde muy pequeño. Cuando era niño, en realidad no le pasaba por la mente ser un empresario, a pesar de estar inmerso en el mundo del comercio gracias a sus padres.
«Mi sueño era ser futbolista, fui creciendo y me hice consciente de que de alguna manera tenía muy arraigado el tema administrativo. En la prepa me interesé aún más por lo económico y financiero, además de tenerlo en casa, creo que veía muchas películas de la bolsa. Me enganché»
La Escuela Bancaria Comercial Campus Querétaro (EBC) fue su alma mater, ahí desarrolló temas contables, bancarios y mercadológicos, puntos importantes para que años más tarde pudiera emprender con bases sólidas.
«Desde que estudiaba ya laboraba para aprender más allá de los salones, en mis prácticas estuve en una consultoría de riesgos financieros, teníamos mucho contacto con multinacionales y PYMES, justo estas pequeñas empresas jalaron mi atención de inmediato»
Erick no pudo evitar sorprenderse con el trato de jóvenes que iban tomando las riendas de su futuro, notó patrones positivos en los emprendedores. Más tarde laboró en diferentes bancos, esto sin dejar de lado el área que le había robado toda su atención, las pequeñas empresas.
«Durante dos años investigué sobre el tema, que necesitaba tanto en inversión como en conocimientos. Armé mi plan de trabajo, pensé en ideas como restaurantes, bares e incluso una lavandería»
Un día en una visita a la Ciudad de México, se encontró con «Chicago Pops», en ese momento tuvo un flashback, recordó que cuando cursaba la carrera tuvo un viaje a Chicago en el que encontró un lugar similar y le había parecido totalmente innovador.
«En mí investigación decía que como emprendedor debes engancharte con la idea para que puedas lograr y bueno para empezar soy fanático de las palomitas. Lo más fácil fue encontrar el concepto, lo rudo viene en el momento en el que te dan la franquicia»
Durante ocho meses, por cuestiones ajenas, Erick tuvo que mantener cerrado el lugar, se dio a la tarea de buscar local, un equipo de trabajo, realizar un estudio de mercado, crear publicidad, etc.
El no tener ganancias y ver un lento proceso lo desilusionaron, estuvo cerca de rendirse aún antes de comenzar; sin embargo, el apoyo de su familia y amigos, además de una mentalidad perseverante lo ayudaron a seguir levantando los brazos.
«Todo está en creértela, ponerlo en marcha fue difícil, se escucha trillado pero tienes que estar 24/7 en tu proyecto para que funcione. Al final te das cuenta que es algo tuyo, que a comparación de un trabajo de oficina laboras aún más, que llegas a casa rendido, pero con una sonrisa llena de satisfacción»
A la par de Chicago Pops, Erick desarrolla una marca de mezcal de nombre “El Charrito”, producido en el Estado de Durango y comercializado en el estado de Querétaro y en todo el bajío por este joven emprendedor, reafirmando con esto que la cultura del emprendedurismo es el nuevo modelo de vida que hoy deben adoptar las personas en la búsqueda de mejores oportunidades.