En 1826, la ciudad celebró este desfile por primera vez para festejar la llegada del Niño Dios.
En esta sucesión de carros se representan distintos pasajes y personajes bíblicos: las posadas, los pastores, los ángeles; es como observar en la calle la historia de la Navidad, un enorme nacimiento dividido en carros alegóricos.
El evento es fugaz, pero lo más curiosos que todavía permanezca vigente una tradición que comenzó en el siglo XIX y que sigue manteniendo su esencia: celebrar las fiestas decembrinas con decoraciones, montajes escénicos y disfraces.
Antes de la cena navideña con tu familia, te proponemos caminar por el Centro Histórico y luego detenerte a observar este original desfile que sucede en las calles. Es un espectáculo que ya se ha convertido en tradición y que seguramente disfrutarán tus hijos.
Centro Histórico
24 de diciembre
Entrada libre