Día con día el país se ve atacado por un enorme problema social: la delincuencia, la cual aumenta con el paso del tiempo y pareciera que se va adaptando a la vida cotidiana de las personas. Esta telaraña que nos ha atrapado a todos está siendo expuesta de manera literaria por Carmen Rioja, una artista integral.
Antes de tocar este tema es necesario hablar de su trabajo previo, así como de la esencia de una mujer empoderada. Su personalidad curiosa, inquieta y apasionada por el análisis crítico la ha llevado a indagar en las líneas del arte como una forma de denuncia; el espíritu de justicia la empuja a realizar una reflexión constante y a buscar soluciones, que aunque parecieran pequeñas, suman un importante valor a la causa.
El arte llegó a su vida desde que era una niña, se crió en compañía de libros, dibujos y esculturas. A los 17 años consiguió su primer trabajo como asistente de restauración de pintura mural, un año más tarde se mudó a San Miguel de Allende con la finalidad de tomar cursos enfocados a su pasión, sin imaginar que esta bella ciudad la acogería por un largo rato.
Fui alumna por mucho tiempo, es apabullante tener maestros muy talentosos y originales como Juan Villoro, Guillermo y María Luisa Puga»
«Para mí era difícil subirme a la cátedra; sin embargo, a los 25 años me invitaron en Bellas Artes a dar talleres, fue ahí cuando di una mirada atrás y vi que sí, en realidad, ya estaba haciendo una carrera»
Su pintura, escultura y escritura, entre otros trabajos han sido dedicados, en su mayoría, al ángulo nacionalista; desde un punto de vista en el que los mexicanos son golpeados por la historia. «Tenemos un potencial y riqueza natural increíble, podemos encontrar un cuento nuevo, narrarnos de una manera diferente”.
Dada esta filosofía, además de una serie de experiencias personales han inclinado a Carmen a enfocarse en la literatura periodística, manuscritos que muestran el coraje e impotencia ante el crimen organizado y que es un tema que se menciona de una manera aislada continuamente.
Fundó el Instituto de Conservación de la Cultura, un proyecto altruista; además en colaboración con otra mujer poeta y gran amiga creó hace 13 años el primer Festival de literatura «negra», en donde se abordan talleres, conferencias y cátedras en este ámbito.
La intención es tocar un área del arte que permita que el lector adquiera una herramienta, por ello también está naciendo un red nacional de escritoras de novela negra».
«Escribir sobre esto implica un riesgo, tienes que tomar valor y buscar la forma de contar algo sin poner en peligro a terceros»
El trabajo de la artista no se puede resumir en unos cuantos párrafos, es necesario sentarse a la mesa por horas y escuchar cada una de sus propuestas, retos y experiencias vividas; algunas de ellas transcritas en su próxima novela, la cual fue un esfuerzo de diez años de escritura.
Para concluir esta breve semblanza está su más reciente proyecto «Ángulo 13», una casa cultural ubicada en el centro de Querétaro, en el que se pretenden hacer eventos culturales que despierten el interés social.
La meta a largo plazo es convertirlo en una casa refugio, que sea el espacio abierto para el diálogo e intercambio de conocimientos entre periodistas y aspirantes. «Cuando entendí que tenía que hacer algo por mí y por la sociedad, me puse a pensar en las herramientas que tenía para desarrollarlo, el arte y la literatura, así surge la iniciativa del retrato social, de la denuncia para el desahogo de una frustración».