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Lienzos de Piel

Hace un par de años el arte de los tatuajes comenzó una nueva era en nuestro estado, esto como parte de una oleada de aceptación en todo el país. Jorge Torres, fundador de Garabato Studio en Querétaro y apasionado de la tinta en la piel, ha vivido de cerca esta evolución.

“La primera vez que me tatué fue a los 16 años, me hice un famoso ícono de la película ‘Exterminio’. En ese tiempo las redes sociales no estaban tan fuertes así qué sacabas tus ideas originales de otros lados, en mi caso del cine. No estaba presente este auge o esta corriente aún”, recuerda.

Poco a poco el tabú en temas como contratación de personal, donación de sangre y riesgos en general, entre otros aspectos sociales, fueron desapareciendo al mismo tiempo que salían a la luz más recintos dedicados a esta modificación permanente en el cuerpo.

Cinco años atrás, en el inicio de dicha revolución Jorge arrancó su preparación profesional tras darse cuenta que su gusto se había convertido en una necesidad de expresarse más allá de su propia piel.

“Mi generación no era mucho de querer ser tatuador como lo es más común ahora. Tuve la suerte de relacionarme con amigos tatuadores, muy buenos en su trabajo, que por su calidad humana y profesional me dieron altas expectativas para poderme dedicar a esto. Para mí es tener la posibilidad de tomar una decisión importante en tu apariencia, en tu individualidad; es la libertad de expresarte, y bueno al final  un tatuaje es algo decorativo, te puedes adornar como tú quieras”

Del 2000 al día de hoy el crecimiento en el ámbito ha sido vertiginoso, Jorge, narró que ha notado como la calidad de los materiales, así como del procedimiento ha evolucionado a pasos agigantados, incluso los profesionales dedican mayor tiempo a su capacitación.

«Existe un crecimiento importante de cantidad de tatuadores, porque cada vez hay más personas que tienen como prioridad rayarse; la sana competencia hace que uno se haga más estricto con uno mismo. Mi preparación ha sido lenta, sobre todo fue así el primer año, porque soy muy exigente. Es importante saber que estás haciendo algo que esa persona va llevar toda la vida”.

Sus principales maestros han sido Gustavo García de Mictlan Tattoo, con quien fue aprendiz y Alma Montero de Angat Tattoo & Art Studio, en donde inició en la actividad de forma oficial, actualmente continúa haciendo citas en este lugar; sin embargo, en enero de este año dio el siguiente paso fundando su propio proyecto, “Garabato Tattoo Studio”.

“Creo que es el momento, lo que pretendo hacer es algo más personal, hay muchas situaciones en las que preferimos estar en un sitio más discreto y privado. Hay que recorrer mucho camino, sobre todo de humildad, esforzarse más para encontrar un estilo único, mi meta es esa por el momento”.

Además Jorge ha buscado la manera de aprender fuera del estado, asistiendo como espectador e invitado a exposiciones Zacatecas, Villahermosa, puerto Vallarta, la Ciudad de México, Saltillo y Salamanca, por mencionar algunos.

Y aunque existen un sinnúmero de estilos dentro de este universo – el cual ha estado presente en las civilizaciones desde miles de años A.C – Querétaro se ha caracterizado por tener tintes diversos; los clientes pueden encontrar tatuadores especializados en el realismo, dotwork, acuarela, old school, entc.

“En mi caso no hay algo que no me guste hacer, pero se me facilita el blackwork, que es más siluetado; también me agrada trabajar freehand, procuro usarlo cuando estoy seguro que voy a hacer algo al 100 por ciento, me baso en una platnilla y ya me aviento la mano alzada, es una técnica divertida”.

Redacción El Queretano

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