Pocas veces en esta redacción hemos tenido la fortuna de compartir con ustedes, amigos lectores, personajes de tal trascendencia para el Querétaro moderno, piezas clave en el día a día de esta provinciana y al tiempo frenética y desarrollada ciudad, personajes que “per se” se han convertido en pilares de nuestra historia y no detenernos a observar sus vidas sería prácticamente dejar en vilo parte importante de la cultura y la música en nuestro estado.
“Yeyo” es el cariñoso apelativo del maestro José Aurelio Olvera, un hombre nacido por allá de los años 30´s, un 25 de septiembre en el número 5 de la calle Francisco Fagoaga, en el corazón del barrio conocido como “Barrio de los Pajareros” actualmente Santa Rosa de Viterbo, compartió código postal con otros grandes e ilustres personajes queretanos, como los hermanos Ortiz Arana o el mismo Eduardo Loarca, gran músico y mentor del otrora director de la estudiantina.
Hablar de la trayectoria de “Yeyo”, resultaría sencillo si analizamos su paso por la actuación en los Cómicos de la Legua, su desempeño en la estudiantina de la UAQ , en donde permaneció más de 35 años y de la cual hoy en día es director honorario, su actual labor al frente de la Banda del Estado de la cual es parte y cabeza desde 1970 o incluso si nos enfocáramos en relatar sus inicios bajo las enseñanzas del Padre Cirilo Conejo Roldan y su paso por la antigua escuela de música hoy el conservatorio José Guadalupe Velázquez , lo que explica su formación como músico litúrgico y su licenciatura en canto gregoriano, pero detrás de tantos logros y un gran camino recorrido, existe un hombre entregado a una vocación, servir a los demás a través de la música.
“Mi infancia fue muy agradable, muy tranquila fuimos diez hermanos y dicen que no hay quinto malo, y yo fui el quinto, hoy somos dos menos” relata el maestro con cierta nostalgia en la mirada, agregando “al que extraño más es a mi hermano Luis Olvera, caminamos muchos años juntos, en la banda, en el patronato de fiestas y en la estudiantina” continuando con la entrevista antes de ceder a la melancolía. Más adelante, me sorprendió la vida, estando en la universidad, iniciando la carrera de derecho, conocí lo que era ser maestro de música, entonces me dediqué de lleno a eso, integrándome como profesor en escuelas secundarias, luego en la universidad en bellas artes y posteriormente, en la UAQ con la estudiantina en el año de 1963”.
Notas…. de la vida y la música.
Haciendo un pequeño análisis de su vida, musicalmente hablando, entre sonrisas y a manera de confesión, “Yeyo” contó a EL QUERETANO: “Los muchachos de la estudiantina me hacían batallar mucho, pero fue una experiencia de lo más agradable que he tenido en mi vida porque me permitió conocer gente joven y con un espíritu de colaboración y de entrega; sin embargo, la banda para mí ha sido una manera de sentirme musicalmente más completo, pues en la vida hay que tratar de encontrar aquello que te gusta hacer y hacerlo con generosidad, servir a los demás, de esa forma, tendrás muchos satisfactores, dentro de tu familia y dentro de la misma sociedad”.
Respaldando con creces la fama que le antecede, el maestro Aurelio, es percibido por sus allegados y dirigidos como una persona cariñosa, con grandes virtudes y mucha experiencia, misma que él se asegura de transmitir día a día, con su ejemplo y dedicación, pues tomando la banda del estado como un pequeño ejemplo de sociedad, generar la unión en la diversidad de criterios que componen a la peña musical, se deben tener no solo tablas y preparación en el rubro, sino un gran corazón y actitud servil, justo como la del hombre de rasgos marcados, lentes e impecable peinado que con batuta en mano la dirige.