En 14 días exactamente se deberá celebrar en México la consulta para la revocación de mandato, una consulta que sólo le interesa al inquilino de Palacio y a sus huestes y que tiene un único fin: mantener al tabasqueño en campaña.
Desde hoy yo le digo, estimado lector, querida lectora, que lo mejor, desde mi punto de vista es NO acudir a este ejercicio.
Más allá de las consideraciones políticas y los descalificativos de inútil, ególatra o banal, me parece que sumarse a la consulta es hacerle el caldo gordo a macuspano que lo suyo, lo suyo, lo suyo, es estar en campaña. Nada más.
Pero, además, hagámonos una sencilla pregunta ¿Cuándo ha visto usted, estimado lector, querida lectora, que el inquilino de Palacio reconozca una derrota en las urnas? Piénselo con calma y entonces, tendrá la respuesta a la pregunta de si vale o no la pena participar en la farsa llamada Revocación de mandato.
Pero veamos algunos datos interesantes de la ‘consulta’:
Tendrá, según nos ha informado el INEGI un costo mil 692.5 millones de pesos y se celebrará, como ya lo hemos dicho, el próximo 10 de abril de 8 de la mañana a 6 de la tarde.
El INE también ha informado que para esta consulta se han impreso 94.6 millones de boletas y que habrá un ejercicio de conteo rápido que se difundirá a las 22 horas de ese día, aunque el resultado definitivo se conocerá hasta el martes 2 de abril.
Se necesitan 37.1 millones de votos para que la consulta sea vinculante; es decir que para que su resultado se legal y se acate.
Si ese remotísimo escenario se presentase, entonces, el inquilino de Palacio tendría que pedir licencia definitiva del cargo -que no renuncia, recuérdelo diputado Juan José Jiménez Yáñez, los cargos de elección popular son irrenunciables- y entonces; agárrese, el presidente de la Cámara de diputados, el ignorante Sergio Gutiérrez -mejor conocido en las altas esferas políticas como ‘Gutierritos’- asumiría el cargo y, en un plazo no mayor de 30 días, el congreso tendría que nombra a un sustituto, aunque para su desgracia y fortuna nuestra, ya no podría ser Gutierritos.
Ahora que, si la mayoría vota por que el papá de José Ramón López Beltrán -quien aún nos debe la explicación de cuánto gana y cómo vive con tantos lujos en Houston- entonces el tabasqueño deberá concluir su mandato el 30 de septiembre de 2024.
Y luego, si no acuden 37.1 millones de mexicanos a votar, como seguramente sucederá, entonces es como si no hubiera pasado nada y habríamos tirado a la basura mil 692.5 millones de pesos. Créame, eso es exactamente lo que sucederá.
El último párrafo. Han pasado 23 días desde el escandaloso espectáculo brindado por las barras de los equipos Gallos Blancos de Querétaro y los Zorros del Atlas y de la penosísima actuación -o quizás la palabra sea omisión- de las autoridades de seguridad pública y de protección civil del estado y de la capital queretana. 23 días y no hay un solo funcionario despedido o que haya siquiera presentado su dimisión al cargo. No los perdamos de vista.
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